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"Lo dí todo": Nacho Arce y su mensaje al hincha de San Martín

CIUDADELA

El arquero del ascenso a Primera repasa un 2018 que lo tuvo como uno de sus grandes protagonistas. Además, rompe el silencio sobre su salida del arco y anticipa su futuro.

Arce en la hora más gloriosa de San Martín. El hincha lo mira y le agradece.





Miren la imagen que ilustra esta nota y mírenla bien: es la noche del domingo 3 de junio y a Nacho Arce no le entra la felicidad en la cara. Ya está sin el 1 en la espalda, sin los guantes y un muchacho fornido, esos héroes sin capa que aparecen en las horas más gloriosas, lo carga en andas y lo mira. Lo mira como se mira a alguien que te ha hecho feliz, muy feliz. Es la imagen que corona el momento más feliz de la carrera del arquero que había atajado todo el campeonato, que atajó hasta lesionado como una noche de Junín cuando también dejó la cancha en andas, pero cargado por el Mono Velárdez, tapándose el llanto con los guantes.

Esta noche Nacho Arce está preparando la mudanza. Mientras acomoda las cosas, pasan cosas por la mente de uno de los grandes arqueros que ha tenido San Martín. Quizás cuando dobla la ropa encuentra la camiseta de aquella noche de gloria, o dobla con cuidado el póster del ascenso o, en un respiro, mira en su celular la última imagen en el vestuario del Monumental junto a sus compañeros, con los tres dedos y la sonrisa blanca y grande que nunca se le borró. Ni siquiera en los los momentos más duros: "Porque soy así, vivo así, siempre tratando de ser positivo. Por eso la sonrisa. Es el carisma que tengo yo. A veces me decían que me burlaba, que me hacía el canchero, el sobrador. Al fútbol es muy difícil disfrutarlo".

Entre las imágenes que van y vienen en este primer lunes de vacaciones para el plantel de San Martín, también aparecen personas que Nacho se lleva para siempre: Diego Cagna y Darío Forestello. "Diego es de las mejores personas que he conocido. Siempre se ha manejado con mucho cariño, con mucho respeto. Y Darío es una gran persona. Seguimos teniendo contacto. Me afectó muchísimo su salida. En tiempos donde sobre la palmadita, encontramos en él un hombre noble, sincero, que las cosas que hacía las hacía porque las sentía. He aprendido mucho de él, como jugador y como persona. A mucha gente le falta ser como Diego y Darío", destaca Arce.

Con Cagna en la primera etapa y con Forestello en la segunda, el arco siempre tuvo el mismo dueño como esa noche de gloria y de nuevo la foto, subido a los hombros del hincha que no deja de mirarlo y acompañado por dos locos más que festejan el regreso a donde está hoy San Martín: "Ese día entramos en la historia de San Martín. El sueño de todos se hizo realidad. Y yo formé parte de eso. Por eso el balance del año es muy bueno, muy positivo. Logramos lo que mucha gente quiere y eso es muy gratificante. No es fácil jugar en San Martín. Hay muchísima presión. Pero yo siempre lo disfruté".

Consumado el ascenso, las cosas comenzaron a cambiar: San Martín había ganado el clásico de invierno, eliminado a Patronato de la Copa Argentina, pero en la Superliga no encontraba los resultados esperados y se fue Forestello: "Hay una realidad y es que el equipo tiene la presión de mantener la categoría", repasa Arce, también titular en el partido contra Boca por la Copa y una respuesta en el gol de Cardona que empezó a generar cuestionamientos: "El verdadero hincha de San Martín sabe que siempre lo dí todo. No sé si ese gol tuvo algo que ver después. Siempre intenté dar todo y lo hice: di todo por este club".

Arce atajó en el debut de Coyette contra Banfield. A la fecha siguiente, contra Aldosivi, fue al banco. Volvió a la titularidad contra Racing, pero la roja cambió de dueño el arco de San Martín. Desde ese momento, el lugar de Nacho en el banco de suplentes fue ocupado por Juan Jaime y hasta hoy no se había referido a qué fue lo que pasó: "Seguí yendo a Ciudadela a ver los partidos desde el palco porque nunca tuve que esconderme de nadie. Se hablaron muchas cosas. Después de la expulsión de Racing se dijo que me había peleado con Roberto (Sagra). O que me negaba a ir al banco de suplentes. Nunca sería así porque uno sabe que no tiene la titularidad garantizada nunca en el fútbol. Que dijeran eso me daba mucho por las bolas. Si fui a atajar a la Reserva fue porque quería sentirme bien conmigo mismo y descargar todo lo que estaba pasando. Después, en lo que respecta al técnico, las cosas que pasan en un vestuario quedan en el vestuario, mueren ahí. Nunca voy a hablar mal de nadie".

Rumbo a Paraná en una primera escala para despejarse y luego de vacaciones para cerrar el año, Arce comienza a despedirse de San Martín: "Me quedaría a vivir en Tucumán. Disfrutamos mucho de vivir aquí. Pero hay una realidad y es que es muy difícil que me quede". Y a través del diálogo con el tucumano hace público un mensaje: "Me llevo todo el cariño y el respeto de la gente como Darío. O como el de la dirigencia, que hizo el esfuerzo para que siguiera al conseguir un nuevo préstamo de Unión. Si me toca irme, me encantaría algún día volver a atajar en San Martín. Quiero volver a disfrutar de lo que es entrar a esa cancha única con toda la adrenalina y los hinchas ahí, alentándote. Eso quiero. Y ojalá que se me dé".

El arquero que entró en la historia de San Martín y uno de los pilares fundamentales para el tan ansiado regreso a Primera después de 10 años.