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Rocío es de Atlético y Ulises de San Martín: "Ya tomé la decisión"

EL SUPERCLÁSICO TUCUMANO

Madre e hijo, Decana y Ciruja, su historia se popularizó en las redes cuando gritó un gol del Santo para que su pequeño celebre un paso clave del ascenso a Primera. Pero se viene el clásico: "¿Y ahora? ¿Quién quiero que gane?"

Rocío y Ulises besan las camisetas de sus amores.





Cada vez que el sentimiento abruma, Rocío escribe una carta. Le gusta escribir. Desde que hacía una revista en Famaillá cuando empezó su carrera periodística. Desde hace un par de años ya que escribe artículos, textos, reflexiones. Pero cartas escribe cuando hay un motivo muy importante en su vida, tan importante como Ulises, su hijo, a quien le dedicó palabras que se viralizaron en mayo cuando ella, fanática de Atlético, celebraba el triunfo de San Martín clave para el ascenso a Primera.  

Escribió Rocío: "Por él vivo, muero y grito goles de otro equipo. El pibito de la foto se llama Ulises, no se perdió un partido de San Martín de local. Soy su mamá, hincha de Atlético desde que nací, gracias a mí viejo y a mí hermano del medio. Lloré, y soy feliz con mi club. Y no me da vergüenza decirlo: grité los goles de San Martín con el corazón de una madre, como la mía los habrá gritado también, ante mi mirada descolocada. Mi genio amor, no sé qué pasará de ahora en más, pero hoy, aquí y ahora te digo... Gracias por ser hincha de tu club así... de esa manera, y aunque no me veas, te juro que me imagino que te abrazo en cada gol y te consuelo en cada derrota. A mí... qué me van a hablar de amor".

Impactaron tanto las palabras de Rocío que la carta se extendió a todas partes, fue compartida más de dos mil veces, los móviles de canal 8 y canal 10 fueron a visitar su casa en el barrio 250 viviendas o, como le dicen los vecinos: "Barrio Cabildo porque estamos al frente de la réplica del Cabildo de Famaillá", remarca Rocío esta tarde en la casa donde escribió la carta de amor a su hijo que en estos seis meses que pasaron desde el ascenso a Primera está más hincha de San Martín que nunca, es el arquero de una de las categorías infantiles del Santo y juega con los amigos en las calles del barrio hasta que no se vea más la pelota.

"Tienen una canchita con arcos que un chico les regaló, pero les encanta jugar en las calles. Arman un equipo de Atlético y otro de San Martín. Salen como si fueran a jugar la final del mundo, con las camisetas, botines y canilleras. Le decimos que se le van a arruinar los botines si juega en la calle, pero no quiere saber nada: 'No me sale patear con zapatillas, mamá', me dice. Son muy felices jugando a la pelota hasta la noche. El problema es cuando la pelota le cae a la vecina: se la quiere pinchar", se ríe Rocío, se ríe y se agita porque está embarazada de casi nueve meses y en cuestión de días llega Libertad al mundo.

El nacimiento de Libertad volverá a poner en una situación incómoda para la familia, pero que ya, a esta altura del partido, maneja: "Mi marido es de San Martín y yo de Atlético. Cuando Ulises nació le regalaron la camiseta de Atlético con su nombre. Pero él (tiene 7 años) eligió ser de San Martín. Los familiares son más molestos y quieren que los chicos sean de uno u otro equipo. Sofía, la hermanita de Uli, tiene 2 años y grita los goles de todos. Y Libertad, cuando crezca, decidirá a quién alentará y listo. Hay que romper con los mandatos familiares que el hijo varón es hincha del equipo del papá y la mujer del equipo de la mamá. Ese dilema ya terminó".

Pase lo que pase el sábado en la cancha de Atlético, el mensaje que baja Rocío es el que viene justamente de cada vez que lleva a Ulises desde Famaillá hasta la Terminal y en el 130 hasta el complejo Natalio Mirkin, y lo mira jugar, atajar, abrazarse con los amigos, disfrutar del juego: "Es que es eso, un juego, un hermoso deporte el fútbol. Los chicos dan el ejemplo. Nosotros los grandes tenemos que romper con algunas cosas, con los insultos, con el pecho frío, con el sucio. El lunes veíamos una publicidad de canal 8 donde se abrazan dos chiquitos: uno de Atlético, otro de San Martín. Y con mi marido nos emocionábamos. Para Ulises es normal abrazarse o compartir con un hincha de Atlético. Y no se insultan ni se dicen las barbaridades que leo en el facebook".

Ese es el mensaje que baja también desde los jugadores que saldrán a la cancha el sábado, con una linda oportunidad de demostrar que la actitud no se negocia, la pasión está más viva que nunca, que ganará uno, ganará el otro, empatarán, pero no es la vida o la muerte: "Creo que a los hinchas de cada equipo nos han unido muchas cosas que han venido pasando, como lo del chico Luis Caro, o lo más reciente de Matías Diarte. Después vimos la vergüenza de River-Boca. Creo que nos chocan mucho los porteños y queremos distanciarnos de esa forma de ver las cosas que tienen, queremos demostrarle al país entero que podemos vivir el partido más importante de la fecha sin problemas, en paz".

Rocío profundiza el mensaje y dice que anda con ganas de escribir algo al respecto. Hasta maneja la posibilidad de escribir algo sobre el clásico que se viene, sobre su deseo de hincha que viene chicaneándose con su hijo desde hace unos días: "Uli anda todo el día cantando: 'Ya se acerca Ciudadé'. Y yo le digo: 'Ya vamos a ver'. Eso le digo", cuenta Rocío, quien a la hora de jugarse por lo que pasará el sábado, no duda. 

"Quiero que Atlético le gane a San Martín. El sufrimiento de él va a ser temporal. Después del partido lo llaman los amiguitos a jugar a la pelota y se le pasa. Si San Martín le llega a ganar a Atlético me lo tengo que bancar a él y su alegría todo el sábado a la noche y todo el domingo hasta que den Paso a Paso. Quiero que gane Atlético porque estamos en un momento único y podemos quedar punteros. Eso sí: espero poder ver el partido antes de que dé a luz a Libertad. Uli es muy brujo y me dijo que iba a nacer el sábado a la misma hora del partido. Vamos a ver qué pasa", cierra Rocío López Barrionuevo. El sábado a la medianoche, carta mediante, se sabrá qué pasó.