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Video: así bailó la doña cumbias y guarachas al compás de San Martín

MUEVA

Las calles de Ciudadela se convirtieron en una pista bailable, pero nadie bailó como ella, feliz de la vida por el triunfo y la música a todo parlante de los hinchas.

La doña tiró fantasía en Ciudadela.





¡Qué temas! ¡Qué pasos! ¡Qué fiesta! ¡Mueva, doña, mueva! ¡Mueva al compás de San Martín, mamá! Mueva que los muchachos de la Pellegrini le ponen al palo los parlantes del baúl del auto, los chiquitos juegan alrededor de las parrilladas, atrás aparece un don también sacudiendo el esqueleto, pero nadie como usted, nadie con ese movimiento.

Ciudadela, barrio popular si los hay, fue una verdadera fiesta a la salida del partido: un laterío que daba calambre, y el ritual de siempre en todas las esquinas, con las banderas colgadas de los palos borrachos, los choripanes a la salida de la cancha vendiéndose como choripanes a la salida de la cancha, cumbia y guaracha bien fuertes, la Gringa Díaz que no da abasto, justo aquí, el colectivo con los jugadores que se va, los hinchas que se quedan hasta la noche en Potente y un clima de fiesta que sólo San Martín puede generar en estas calles.

Pero ella, nadie como ella: solita en el medio de la calle, con el gorrito de los Santos puesto, la remera roja, la calza negra, un pasito para aquí, otro pasito para allá, los hinchas que pasan, una moto que estaciona, movimiento de hombros, y media vuelta, y vuelta entera para que empiecen los gritos, las palmas y suba el volumen con la música del pueblo hasta que las velas no ardan. Desde las cinco de la tarde y hasta que se apague la última luz, Ciudadela bailable no duerme. ¡Música!