Top

Cuatro años en la vida de Marcos Acevedo peronista

HISTORIAS DE ACÁ

El secretario de Culturas de Tafí Viejo traza una línea entre la tristeza del 10 de diciembre de 2015 y la felicidad de este 10 de diciembre de 2019: gestión y militancia a contramano de un gobierno nacional que se despidió para abrir las puertas de una nueva etapa.

Marcos Acevedo en plaza de Mayo este martes histórico del 10 de diciembre de 2019.





Un día como hoy no era un día como hoy, pero hace cuatro años Marcos Acevedo viajaba a Buenos Aires. Aquel 10 de diciembre de 2015, Mauricio Macri acababa de convertirse en el presidente de la Argentina y entre las sonrisas había un semblante triste, como el de La Moribunda que ha protagonizado el último viernes, antes de viajar de nuevo ahora con toda la felicidad capaz de entrarle en la cara para ver en vivo, en plaza de Mayo, el hito que significa el regreso del peronismo al poder con Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner ante una multitud.

“Antes de las elecciones de este año saqué el pasaje convencido de que íbamos ganar. Hace cuatro años, el 10 de diciembre, también estábamos allá pero por una coproducción con el Cervantes. Yo estaba en el Estable y viajamos el 10. Era un quilombo. Estábamos enojadísimos, sin nada de ganas de estar ahí, embroncados: de última hubiéramos querido viajar el 9 para despedir a Cristina. Lo más curioso de todo es que esa obra que hicimos en el Cervantes fue una de las primeras acciones culturales del gobierno de Macri. Después, nunca imaginamos lo que iba a pasar”, dice Acevedo en la redacción de eltucumano.com, antes de viajar para estar ahí hoy, 10 de diciembre, parte de la historia.

Lo que vendría después de aquel 10 de diciembre de 2015 marca un antes y un después en la vida de Marcos Acevedo, secretario de Culturas de Tafí Viejo, bajo la intendencia de Javier Noguera. Marca un regreso a las raíces de Acevedo, a bordo del 130 o el 131 para el ingreso a Tafí por la entrada histórica con la locomotora, al paseo por la avenida Alem entre los notables de bar y billar, y Lililo y las obras de Atilio, el todólogo, toda una escena de teatro con música de Chichí Costello: “Yo soy taficeño, nacido, criado en Tafí. Hice la primaria y la secundaria en Tafí. La entrada a la Facultad en San Miguel fue un quiebre. Primero con Abogacía, después con Teatro, corté el vínculo con Tafí. Hasta que un día estaba yendo a mi trabajo en Tafí y viví un reencuentro con la ciudad súper interesante. Había un montón de cosas que no me gustaban. Son las mismas cosas que ahora me gustan, esa cosa muy pueblerina, de que todos nos conocemos, una suerte de confianza invasiva. Soy una persona súper tímida, soy pacato, estructurado con las muestras de afecto que me desestructuran un montón”.

Es común ver a Acevedo caminando (no tiene auto ni sabe manejar) por Alem y las arterias que la cruzan, caminando esas cuadras entre el grito de los chicos que juegan al básquet, la señoras que salen de misa, los primeros besos en el puente, las charlas eternas de café: “La gente es distinta en Tafí, hay una manera de intercambio social diferente, es muy habitual que puedas ver una mesa con gente de muy distintas edades. La veracidad de lo que te dice la gente es otra cosa, pero te hablan de cosas muy interesantes, de cosas que han pasado en Tafí Viejo. Mi abuelo fue Juan María Tetú, un prócer: todo el mundo tiene algo para contarte de mi abuelo, fue precursor de varios deportes, pintaba, escribía. Fue una herramienta de reinserción para mí en Tafí, que no formaba parte del espectro. Cuando me miraban como extraño, rápido pelaba chapa: ‘Soy nieto de Tetú’”.

“Tafí Viejo ha influido en mi forma de mirar las cosas de una manera absoluta. He tenido una formación como cualquier alumno del Gymnasium o alumna de la Sarmiento: talleres literarios, musicales, teatro. He visto La Naranja Mecánica en el secundario, The Wall, ciclos de debate, nos enseñaron a reflexionar, a leer cosas vinculadas, leíamos a Whitman, a Cortázar, a Bukowski, a Kafka. Estábamos relacionados con eso. Leía poemas de Borges con música de Javier Bollea, quien tocaba la música de Astor Piazolla en el piano, cosas muy lindas”, recuerda Acevedo, a quien el teatro lo atraviesa desde la primaria cuando hizo su primera obra con un rejunte de todas las obras que había visto, el truco de llorar y exprimir un pañuelo con muchísima agua, la Mujer Biónica en cámara lenta, los primeros pasos de una vida marcada por la cultura siempre en clave taficeña, impulsada por mujeres fundamentales como Dora Hollenstein, quien dio su nombre a los premios Tarco.

Del otro lado del puente amanece en Villa Obrera y el tren no pasa. El silencio dura unos segundos cuando surge el tema inevitable cuando se habla de Tafí Viejo y de la cultura también atravesada por la ausencia, por lo que fue, por lo que ya no es, pero sobre todo por lo que puede llegar a ser: “Yo me acuerdo cuando se anunció la vuelta del tren. Me había comprado una videofilmadora, se suponía que venía un tren. No sucedió. Había toda una expectativa con el tren que unía San Miguel de Tucumán con Tafí Viejo. Se respiraba un clima muy conmovedor. El tren tiene que ver con nuestro corazón. Estoy volviendo a tipear cuentos que escribió mi abuelo sobre la Villa Obrera, sobre los talleres. Uno de los cuentos se llama ‘El pito’. Era medio anarquista mi abuelo: lo compara con un matadero donde van a desangrar a los obreros. Ahora, el tren elevado que propone Javier, más que una reparación histórica, es una reconstitución del campo simbólico que es algo que Javier ha hecho de manera permanente. Insisto: la entrada para mí a Tafí Viejo es la que está la locomotora. Tengo 47 años. Me imagino cuán fuerte es para alguien de 60, 70 u 80 años”.

Estos cuatro años en la vida de Marcos Acevedo tienen lugar para el reposo, y no es un departamento temporal en Palermo alquilado por Airbnb, es mucho más cercano y bello: “La Hostería es otro de los gestos enormes que ha hecho Javier: yo iba cuando solo eran cuchetas de metal, llevabas tu ropa de cama, era súper accesible para las familias, y sigue siendo eso. Pero tenemos esa cosa de reconstituir una apuesta un poquito más elevada: cuando vi cómo se iba materializando la Hostería recién me di cuenta de lo que estaba en juego, de la necesidad de recuperar a Tafí Viejo a sus orígenes de villa veraniega. Volviendo a lo que hablábamos anteriormente: esa realidad de los talleres con 5 mil obreros seguramente no va a ser posible, pero esta idea de conectar el tren entre las ciudades va a producir un cambio. Y es un proyecto que veo absolutamente viable”.

Los últimos cuatro años en la vida de Marcos Acevedo peronista estuvieron signados por la cultura en clave nacional y popular, a contramarcha del gobierno nacional que hoy se ha retirado para dar paso a la asunción de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner: “Durante todo este tiempo desde Tafí Viejo hicimos un trabajo en ese sentido súper interesante. Fue a contramarcha de un gobierno nacional que solamente han creado dos redes: las casas del bicentenario y las ciudades culturales. En realidad no son nada, son solo nombres, el único contenido que tienen es que esté la información en un solo lugar, que no hay que desestimar, pero lo que en realidad estaban tratando de hacer era paliar el enorme recorte a la cultura dándole visibilidad a actividades costeadas y visibilizadas por las 116 Casas del Bicentenario donde no han puesto ni los globitos. En el caso de las ciudades culturales fue lo mismo. De parte del gobierno nacional todo se ha hecho a contrapelo, con total desinterés”.

Después de considerar que el Limón Rock ha sido una idea superadora a la función de los festivales musicales como lo ha sido el Diversival, un festival con temática de género, Marcos Acevedo asegura que el peor momento de estos cuatro años ha sido el último: “No podríamos nunca habernos quedado en la queja y fuimos para adelante. Sin dudas, ahora estamos viviendo el año más difícil, el momento más difícil es ahora, cuando la gente está viviendo cada vez sin las necesidades más básicas. Estamos repensando lo que hicimos el año pasado. Hay cosas que subestimamos y vamos a hacer más fechas de lo mismo. Ahora estamos volviéndonos a pensar. La característica de las gestiones en el tercer mundo, en los mundos más artesanales, tiene mucho que ver con poner el cuerpo. A las sillas nosotros las acomodamos, nosotros las contamos, enriquece. Son experiencias que enriquecen. Como una foto de Kicillof viajando en tren. Yo viajo en bondi. Ando muchísimo en colectivo y es súper interesante. Si andás con chofer hay cosas que no las ves, sencillamente hay cosas que no las ves”, se despide Marcos Acevedo peronista, este 10 de diciembre de 2019, ya en plaza de Mayo, junto a los cientos de tucumanas y tucumanos que dieron vuelta la página, listos para empezar a escribir una nueva historia, con sol, música, choripanes y un escenario monumental a plaza llena, 10 de diciembre de 2019, abriéndose el telón.