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"Es una locura": rechazan la prohibición del cigarrillo electrónico en Tucumán

POLÉMICA Y RECLAMO

Tras la modificación de la ley 7575 llevada a cabo por la Legislatura de la Provincia, un técnico electricista asegura que la medida favorece a las tabacaleras y atenta contra la salud de la gente. “Se metieron a legislar sin tener la más pálida idea”, se quejó.

En Tucumán, el uso del cigarrillo electrónico fue prohibido por la Legislatura.-





El pasado 8 de octubre la Legislatura de Tucumán aprobó la modificación de la Ley 7.575, que prohíbe el uso del cigarrillo electrónico en los espacios públicos de la provincia, como también su veta a la importación, comercialización, distribución, publicidad, promoción y patrocinio de este aparato utilizado como herramienta para abandonar el tradicional y dañino “pucho”.


La iniciativa, impulsada por el alfarista Alfredo Toscano y el exbussista Claudio Viña, fue tildada como “una locura” por el técnico electricista Ricardo Estrada, que además de reparar estos dispositivos, está convencido de que los vapeadores son una herramienta eficaz para aquellos que buscan dejar de fumar.


“El problema no es el aparato sino las esencias. Lo que busco es generar un movimiento para que la industria farmacéutica tucumana pueda fabricar un producto lo más inocuo posible”, cuenta a eltucumano.com el hombre de 38 años, que con datos, cifras y hasta casos que pudo comprobar, quiere que los legisladores reviertan lo sancionado en el recinto hace dos semanas.


“LA FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) regula todo lo que tiene que ver con drogas. Esa gente dice que hay 17 casos de muertes en 2018 por el uso del cigarro electrónico y se basa en 560 casos de enfermedades a causa de esto”, explicó el técnico, que luego hizo un contraste de las víctimas causadas por el aparato y las 123 muertes por día que causa el tabaquismo en Argentina, según cifras de la Organización Mundial de la Salud



En ese sentido, Estrada apuntó contra la esencia que el dispositivo lleva en su interior y que genera el vapor que ingresa a los pulmones de los usuarios. “La mayoría está hecha con glicerina. Una vez que ingresa a los pulmones genera enfermedades, pero lo genera la glicerina, no el aparato”, remarca. “Se habla de 7.500 millones de personas en el mundo, de los cuales 1.500 son consumidores directos de tabaquismo. Hasta 2019 se vendieron 120 millones de aparatos, este número está muy por debajo del consumo del tabaquismo”, afirma lanzando más datos sobre el tema.


Cuestión de salud


Para Estrada la prohibición de la ley no sólo atenta contra su trabajo y el de otros profesionales, sino que afecta directamente a la salud de los tucumanos que ahora deberán apelar a otros métodos para intentar de dejar el tabaco.


“La Legislatura tiene que legislar en una ley de tabaquismo real, una ley terapéutica. Pero ahora el que porte un cigarrillo electrónico pasa a ser directamente un delincuente. Se estigmatiza al usuario y a nosotros los técnicos que los reparamos”, se quejó, para luego agregar: Lo que hicieron hasta roza la línea de la complicidad con las tabacaleras”.


“El vapeador te permite graduar el nivel de nicotina. Durante días uno ingiere una cierta cantidad de nicotina. Con el pasar del tiempo esta se reduce y comienza a disminuir la dependencia y lo único que le queda a eliminar es el acto psicomotriz de fumar: prenderlo, darle una pitada, tenerlo en la mano”, describe Ricardo sobre el beneficio de su uso y tira cifras sobre la cantidad de aparatos que hay en territorio tucumano. “En Tucumán se vendieron 8.500 vaporizadores en una población de casi dos millones. Si uno hace un análisis, la Legislatura se metió a legislar sin tener la más pálida idea”, reacusa.


Por último explicó que “su banca” al cigarro electrónico es puramente una cuestión de salud a pesar de que esta ley lo golpea directamente en su actividad. “Hay muchos técnicos como yo que reparar los aparatos, pero lo ven desde lo comercial. A mí no me interesa esto, a mi parece que sirve como terapia antitabaco ya que vi gente dejar el hábito gracias a los vapeadores”. 


La Ley 7.575


La modificación a la 7.575 estableció la prohibición de fumar en lugares públicos, además incluir el impedimento de utilizar cigarrillos electrónicos. También quedó vedada la importación, comercialización, distribución, publicidad, promoción y patrocinio de esos productos en toda la provincia.


Las multas para quienes no respeten estas disposiciones, que además alcanzan a los narguiles. Ante el primer incumplimiento, los propietarios de los locales donde se fume recibirán un apercibimiento; luego, una multa equivalente a 300 litros de nafta súper; la tercera vez, 650 litros de ese combustible; la cuarta, 1.300 litros más la clausura efectiva del inmueble durante dos semanas. Los fondos recaudados por multas serán destinados a las campañas de concientización, señala el proyecto. Resta que el Poder Ejecutivo promulgue la norma.