Van a la secundaria, son mamás y la Normal las acobija con sus bebés

Esa mamá se llama Paula y cursa 5° 7ma, tiene 17 años y un pequeño llamado Agustín, a quien esta mañana, antes del timbre de entrada, dejó al cuidado de la docente a cargo en la sala maternal pintada con las paredes celestes y decorada con mariposas y sirenas para que Agustín, mientras su mamá estudia, quede bajo el cuidado responsable y esa mamá, cuando suene el timbre del recreo, pueda ir a visitarlo. “Es un muy buen proyecto porque puedo estudiar y al mismo tiempo tener a mi bebé conmigo, puedo venir a verlo en los recreos y me está ayudando un montón. Estoy muy contenta”, cuenta la joven, la única estudiante de la Normal que aceptó esta modalidad, pero no la única.

Norma Campos es la vicerrectora de la escuela Normal y quien recibe a eltucumano.com en su despacho. Está contenta, revolucionada como la familia educativa del establecimiento que ha cumplido 143 años y hoy volvió a inflar los globos: “La Escuela Normal desarrolla el nivel inicial con sus salas de 3, 4 y 5 y está marcando un horizonte bastante importante dentro de la educación pública tucumana. Tenemos cuatro niveles: inicial, primario, secundario y superior. Y hemos tenido casos de alumnas del nivel superior que tienen hijitos y no pueden estudiar porque tienen que cuidarlos. La idea nuestra era abrir un jardín maternal para las alumnas de nivel superior”.

“Luego con el avance de la ESI (Educación Sexual Integral) y de los embarazos adolescentes, que Tucumán tiene un índice bastante importante, en la provincia surge la idea de crear dos escuelas: Docencia tucumana y Maestro Arancibia que tengan salas maternales precisamente para atender en escuelas secundarias a mamás adolescentes que tienen a su hijito y tienen que estudiar. Ese era el panorama en general y la escuela tenía inquietud por el nivel superior. Nos hacemos eco de esto que pasa en la secundaria y nos toca que una alumna nuestra también tiene un bebé: se embaraza y quiere seguir estudiando. Ahí pensamos que podríamos incluir el maternal para la secundaria”, explica la profesora Campos.

Y la modalidad no está destinada solamente a mamás alumnas de la Normal como Paula: “Pese a que tenemos un solo caso, tenemos la infraestructura para más alumnas mamás. La sociedad cooperadora Miguel Lillo ha hecho todas las adaptaciones con voluntad, creatividad y recursos para hacer un maternal. Nos reunimos con los representantes de Unicef en educación que vinieron de Buenos Aires, charlamos, se empieza la capacitación, se ve la infraestructura, no la hemos hecho al azar, todo con el asesoramiento del Ministerio de Educación porque somos responsables de la seguridad de todas las personas que asisten a la escuela y finalmente inauguramos con la particularidad de que como tenemos un solo caso nos asociamos con nueve escuelas de la zona que sí tienen niñas adolescentes que tienen sus niñitos que han traído esta mañana, lo dejan aquí, vuelven a sus escuelas a estudiar (por el momento por turno mañana) y hoy les pedimos a los funcionarios de Gestión Educativa que nos nombren docentes para que atiendan el maternal turno tarde porque hay que escuelas como la Congreso que sus mamás van a traer a sus chicos a la mañana, pero hay otras escuelas a la tarde que no pueden venir como el colegio Nacional, la Comercio 1, la Comercio 2, la Comercio 3, la Obispo Molina, del ESEA, nueve escuelas en total que van a poder mandar a sus chicos aquí”.

Paula junto a otras mamás que están cursando la secundaria y a un papá soltero que deja a su pequeño hijo en la sala maternal hoy cortaron la cinta junto a los funcionarios del Ministerio de Educación. Celebran no interrumpir sus carreras y poder tener a sus hijos cerca: “Las alumnas están contentas. Nuestra alumna que va a 5°7ma, Paula, ella hoy ha hablado y ha planteado eso: ha escuchado a adultos que la han sentenciado, que han opinado mal y no la han visto a ella como un sujeto que podía seguir su vida. Ya el chiquito ha cumplido un año, Agustín, y todo el curso es tío de él, el domingo lo han bautizado y este domingo le hacen el cumpleaños, han hecho una rifa para ayudarla, la madre de Paula no ha venido hoy porque le está haciendo una torta y eso es muy bueno porque no se la sentencia, al contrario, se le permite que ejerza su derecho a la educación. Ella está muy feliz al igual que las otras chicas de las otras instituciones. Se las veía muy bien, muy lindas con sus chiquitos”, celebra la profesora Campos.

“En el jardín maternal se atienden  a criaturas de 45 días a 2 años por profesional capacitado que se forma en la escuelas con nivel inicial como la Normal. Ya no es necesario mandarlos a la antigua guardería donde no tenían formación con respecto a la alimentación, a estimulación, al cuidado, a lo que hay que trabajar. En el maternal se van a recibir hasta a ocho niños que es lo que un docente puede atender porque son criaturas y hay que cuidarlos. Entonces estamos viendo cómo podemos recibir a más chicos porque hay más demanda. De las nueve escuelas asociadas una sola escuela nos ocuparía todo. Son pequeños y hay que alimentarlos: cada mamá debe traer la leche y los pañales, pero uno va a tener una reserva porque son adolescentes, no es que son mamás formadas con trabajo. Las veía tan chiquitas, tan menudas, pero tan impecables con sus criaturas. Y eso ha sido muy fuerte”, se sincera la vicerrectora, quien este viernes espera a las mamás de las escuelas como Paula, quien antes del timbre de entrada, pasará al maternal, dejará a Agustín, y en el recreo podrá visitarlo hasta la hora de salida, con la mochila en la espalda, y su bebé en brazos.