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La otra cara del aumento de taxi: choferes que andan más y ganan menos

Golpe al bolsillo

Con los aumentos fijados al transporte, los conductores creen que tendrán menos clientes y deberán pagarle más a los propietarios de los vehículos. Vivir arriba del taxi: Las historias de Luis y Juan.





El Gol encara por las calles de la ciudad y el cansancio se le siente en el traqueteo del tren delantero. Detrás del volante, en el rostro de Luis, el agotamiento también es evidente: barba de un par de días, parpados algo caídos, la mirada perdida en el horizonte pleno de vehículos que esperan en el semáforo. Ha salido como todos los días a las siete y, una vez que termine este viaje, volverá a su casa en Ciudadela para comer y volver a salir hasta las 17 o 18, dependiendo como venga el día. Últimamente, dirá después, todo parece cuesta arriba: mucho andar para tan pocos clientes en las calles. “Desde esta noche ya algunos van a hacer cambiar la tarifa, el problema es que la gente se va a subir menos al taxi”, sentencia. Son las 14.30, la radio está apagada y va a ser otra jornada de remarla sobre ruedas para llevar el mango a la casa. 

“La gente se sube al taxi en caso de emergencia porque tiene que ir a pagar alguna cuenta o porque ya va tarde al trabajo. Para eso nomás, después no… qué se le va a hacer, para todos está difícil”, reflexiona Luis que trabaja por un porcentaje: se lleva el 35% de lo recaudado en el día, el resto va para el dueño del auto. “Sabía alquilar el auto pero para alquilar y que te rinda tenés que pasar 12 o 15 horas en el taxi para que te quede algo para vos. Hoy los dueños te alquilan a 1200 o 1300 pesos por día. Si trabajo bien puedo llegar a hacer hasta 1500 pesos en total como mucho, eso trabajando por lo menos diez horas”. Es decir que en un buen día de trabajo, a Luis le quedan poco más de 500 pesos. Lamentablemente, de un tiempo a esta parte, no vienen siendo buenos los días de laburo.

Para colmo, con el aumento anunciado, la bajada de bandera pasará de $ 25 a $ 30. Mientras que la ficha cada 100 metros subirá de $ 2,50 a $ 3. Según Luis, el incremento del taxi influirá no sólo en los bolsillos de los usuarios, sino también de los choferes que deberán andar cada vez más para conseguir pasajeros: “Si sube el ómnibus y el taxi se mantiene, pienso que iba a ser más accesible para la gente. Iba a haber más trabajo, pienso yo.  Ya estaba jodido y con esto, peor, encima los sueldos no aumentan”. El chofer tiene su propia hipótesis sobre las razones de la suba: “esto es un arreglo político”. 

Luis tiene 55 años y diez años arriba del taxi. También ha sido chofer de la línea cinco y ha tenido kioscos. Hoy tiene un almacén en su casa que lo ayuda a sustentar la cada vez más endeble economía familiar. “Yo tengo un negocito, con eso  uno se defiende, pero si tuviera que vivir de esto no alcanza.  Algunos taxistas no vuelven a la casa hasta la noche. Cuando llegás a la noche ya llegás para dormir nomás y al otro día de nuevo otra vez. Yo laburo de lunes a sábado y el domingo descanso, el patroncito quiere que trabaje de lunes a lunes, pero no se puede”. “No se puede”, repite Luis que, cuando era más joven, trajinaba doce horas o más arriba del auto: “No se puede puede, si uno anda todo el día acá metido”. 

La realidad cotidiana de Juan no es muy distinta de la de Luis, pero en su caso, él ha optado por alquilarle al propietario este Corsa en el que viajamos a $1100 por cada día de trabajo en el auto, a eso hay que sumarle los $300 diarios que gasta en GNC y los $800 semanales que le cobra la aplicación telefónica. “Son $1500 que tenés que hacer para recién empezar a trabajar para vos. Yo normalmente ando 14 o 15 horas arriba del auto y saco entre 1800 y 2000 pesos por día. Trabajando de noche se hace un poco más de recaudación, entre 2500 y 3000 pesos”, cuenta el taxista que trabaja todos los días, de lunes a lunes. Los sábados, trabaja toda la noche hasta las ocho del domingo y ese día recién descansa, “si a eso se le puede llamar descanso”, insiste. 

Juan está convencido que los únicos que resultarán beneficiados con la suba del servicio son los propietarios de los taxis: “Al propietario le conviene porque el auto va a andar menos kilómetros y ahora va a subir el alquiler. El dueño no pierde, ellos no pierden nunca”.  Es que la suba del 20% en el servicio se trasladará en el alquiler, pero vaticinan que tendrán menos trabajo. “El problema es que a la gente no le alcanza la plata para el taxi, ahora nomás hay muy poco trabajo.  Si no aumentaba seguro trabajamos mejor, por ahí la gente se podía juntar entre tres o cuatro y se tomaba un taxi y le salía más barato que el colectivo”, reflexiona.  Otro de los problemas a los que se enfrenta es que el alquiler diario del taxi contempla sólo 200 kilómetros por día que son controlados por GPS, si se pasa de ese kilometraje tienen que pagar ocho pesos por cada kilómetro más que hagan.  

“Encima están sacando las paradas tubo del centro, si uno se para en una esquina vienen los municipales y te secuestran el auto”, agrega Juan. En este contexto desfavorable, los taxistas también reclaman otros beneficios como seguro de vida y obra social. Hace unas semanas, a Luis le agarró una infección urinaria y estuvo ocho días internado, durante ese tiempo en que no pudo subirse al taxi, el propietario del taxi que maneja lo apoyó económicamente, pero hay otros choferes que no tienen esa suerte. 

Luis tiene cuatro hijos y toda una vida arriba del taxi. Para él no hay fines de semana ni feriados: “hay que sacrificarse de día y de noche”, dice.