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Policía, albañil, maratonista y parte del paisaje de su Raco natal

Historias de acá

Rafael Lencina ha ganado maratones en Chipre y en las islas Malvinas, pero su premio mayor lo recibió hace unos días cuando lo retrataron en un mural. ¿Quién es el tucumano que se crió en Raco y la rompe en las pistas de atletismo de todo el mundo?

Foto: Facebook de Rafael Lencina.





Por las mañanas, el cabo Rafael Lencina patrulla las calles de Las Talitas en su moto del 911.  Después del mediodía, ya sin el uniforme ni el casco y tras un almuerzo nutritivo, el Lencina maratonista se calza las zapatillas y sale a correr al costado de la ruta durante dos horas, seis días a la semana. Desde hace unos días, cuando sale a correr por la zona de Raco -lugar donde nació, se crió y aún vive-, se encuentra con él mismo; como siempre, corriendo. No es una metáfora. Cada vez que pasa a toda marcha por la ruta 341, entre Raco y El Siambón, Rafael Lencina se encuentra con el mural que lo muestra corriendo con las montañas tucumanas de fondo y el cartel que dice Raco en el pecho, bien cerca del corazón. Y aunque Rafael compitió en Chipre, Berlín y hasta en las islas Malvinas, nada lo reconforta tanto como saberse reconocido en su propia tierra. Lencina ya es parte del paisaje para siempre.

Criado al pie de las imponentes montañas que enmarcan el horizonte, de niño Rafael Lencina soñó con convertirse en futbolista y jugar alguna vez en primera. A los primeros pasos de aquel sueño los dio en la cancha del ya desaparecido club Libertadores de Raco, jugando preferentemente de cinco, recuperando, distribuyendo y, sobre todo, corriendo. Rafael siempre fue ligero, con o sin pelota en los pies. Fue su hermano Sergio quien advirtió esta cualidad y quien lo incentivó para que se dedicara al atletismo. Como acababa de cumplir con el servicio militar obligatorio, algo había aprendido de la puesta en forma física y eso le transmitió a su hermano. Tiempo después,  a los 21 años, Rafael se vio en la encrucijada de decidir y optó por correr maratones. Mal no le fue, 22 años en el atletismo y algunos éxitos rutilantes así lo confirman.


Rafael Lencina tiene 42 años y es miembro de la patrulla motorizada desde hace once. También es albañil, desde changuito y cada vez que haga falta. La primera vez que compitió en una maratón fue en 2004 en la ciudad de Rosario: “Me fui de curioso para ver de qué se trataba y pude hacer podio”, recuerda el corredor que aquella vez se alzó con el segundo puesto de la carrera. Ese sería el primer paso de una carrera prolífica en carreras, valga la cuasi redundancia. Desde hace  tres años Lencina compite internacionalmente. El 18 de noviembre pasado se quedó con la maratón de Larnaka, en Chipre, una de las más importantes de Europa. En 2017 ganó la maratón de Tusla, en Oklahoma. En 2016, en Berlín, compitió contra los mejores maratonistas de todo el mundo y quedó en el puesto 64, consagrándose como el mejor latinoamericano clasificado.

En el ámbito local del atletismo también ha dejado su marca, hasta ahora imbatible, ya que ostenta el récord del circuito de Yerba Buena “Trepada al Cristo de San Javier”: “Trajeron buenos atletas, hasta un keniata, pero no pudieron bajar mi marca”. Pero las carreras más importantes, por el significado emotivo de competir ahí, fueron las que corrió en las islas Malvinas donde siempre fue protagonista: en 2016 ganó la competencia, en 2017 obtuvo el segundo puesto y en 2018 llegó en cuarto lugar tras cruzar la meta lesionado.  “Fue muy lindo y satisfactorio para mí porque están nuestros héroes allá. Antes de llegar a la meta, me emocioné y me largué a llorar”, recuerda sobre lo que fue el triunfo de 2016. En la última edición de la competencia no pudo participar por problemas económicos.

Lencina corriendo en las islas Malvinas

Este año con la crisis económica no pude viajar a competir afuera. Muchas veces no se llega con todo por los gastos que genera esta actividad, por ejemplo, los costos de los suplementos dietarios que son muy caros, pero uno se cuida siempre con la comida”, dice Lencina quien explica que la preparación ideal de un maratonista consiste en correr 180 kilómetros por semana, pero en su caso suele correr alrededor de 100 kilómetros semanales porque es todo lo que puede debido a los horarios de su trabajo como policía, labor que, además, implica poner en riesgo su físico: “Los de la motorizada somos los primeros que vamos al choque cuando pasa algo. Hay que cuidarse mucho, estamos mucho tiempo en la calle brindando seguridad a la gente. Por suerte, nunca me pasó nada grave, pero te puede pasar cualquier cosa. Muchas veces, la gente te apedrea, por eso hay que tratar de cuidarse y de cuidar al compañero”.

Rafael Lencina está convencido de que, de haber arrancado antes con el atletismo, hubiese llegado a competir en una olimpiada, pero no se lamenta porque el saldo le da siempre ganador: “A mí el atletismo me ayudó a sentirme mejor persona, nunca en mi vida había pensado que llegaría tan lejos. Yo soy muy luchador, es como dicen, todo se puede si luchás y perseverás, eso sí, hay que tener mucha fuerza de voluntad”.

Ese ejemplo de abnegación y perseverancia para la comunidad de Raco es el que los artífices del mural quisieron dejar plasmado. En el retrato, que ilustra una garita de colectivo de la ruta 341, se lo ve a Lencina corriendo por la ruta con ese paisaje tan suyo de fondo. También aparece la silueta de las islas Malvinas y la leyenda “Por toda la patria”. En uno de los costados de la garita se lo aprecia levantando en alto el estandarte. “Yo lo quería tener en el refugio de mi casa”, dice entre risas. Es que el homenaje está a unos siete kilómetros de su hogar, sobre la ruta por la que suele entrenar para competir y donde ahora, cada vez que pasa por ahí, no puede más que inflar el pecho de orgullo: “Que estés homenajeado en vida es muy especial. Se siente muy lindo porque la gente te tiene presente y eso es algo que reconforta mucho. Espero que sirva para los chicos de acá, de Raco, para inculcarles los valores del deporte”.


Hay dos cosas que a esta altura de su vida no cambiaría. La primera es su amor por el atletismo: “Me reconforta correr y sentir el aire puro, ese sentimiento de libertad. Pasa que el trabajo de uno es muy estresante”. La segunda tiene que ver con su amor por Raco, el terruño que lo vio nacer y del que se aquerenció: “Yo no cambio la tranquilidad de Raco por la ciudad, me quedó diez mil veces acá, en el pago. Además, acá son mis mejores tiempos cuando corro”.

La vida de Rafael Lencina es ese lugar en el mundo y correr, tal como ha quedado plasmado en el mural que lo homenajea y que ahora forma parte para siempre al paisaje de su Raco querido.

Un homenaje a Raco y su gente

El mural que homenajea a Rafael Lencina es parte del proyecto “La senda de los murales” que llevan adelante los integrantes de FM Raco (FM 88.9) y que cuenta con la dirección artística del muralista César Carrizo.   “Todo el proyecto cultural tiene que ver con valorizar la cultura local y a los referentes de la comunidad. Por eso definimos hacer una senda de murales, un poco porque Raco no tiene plazas decidimos que los murales estén en las paradas de colectivos”, explica Eva Fontdevila, una de las propulsoras del proyecto.


En esta primera etapa del proyecto estaba contemplada la realización de cuatro murales: del músico Atahualpa Yupanqui, del maratonista Rafael Lencina,  de la curandera local Doña Pastora y el último, que se pintó el domingo pasado, estuvo dedicado al caballo cerreño. La premisa de quienes llevan adelante esta iniciativa es destacar tanto a figuras de Raco como también a animales típicos de la fauna autóctona. “En Raco habitan 3.000 personas y hay alrededor de 12.000 visitantes que suelen ir a veranear o a pasar el fin de semana. Está bueno que los veraneantes conozcan a las personas de la comunidad y esta es una de las formas que encontramos para hacerlo”, cuenta Fontdevila.

“La senda de los murales” está pensada como iniciativa cultural colectiva y participativa, ya que las personas del lugar han pintado con sus propias manos los murales que representan una parte importante de Raco y de su gente.