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Juntan firmas para prohibir las jineteadas en el Festival de Tafí Viejo

Petición

Organizaciones que luchan por los derechos de los animales habilitaron una petición en la plataforma Change.org para solicitar al intendente Javier Noguera que ponga fin a este tipo de espectáculos en la ciudad del limón.

Desde las organizaciones sostienen que se trata de espectáculos que naturalizan la violencia.





Organizaciones que defienden los derechos de los animales habilitaron una petición en la plataforma Change.org para solicitar al intendente de Tafí Viejo, Javier Noguera, que suspenda el Festival de Jineteada y Folklore "San Antonio de Padua" que se desarrolla este domingo en Lomas de Tafí, en la intersección de avenida Alfonsín y Jaldo.

En pocas horas, la iniciativa que lleva adelante la organización animalista Libera! logró conseguir más de 1.800 firmas de personas que se oponen a este tipo de espectáculos que tienen su arraigo en las tradiciones del campo argentino. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, a la luz de una nueva sensibilidad en torno a los animales, estas prácticas reciben numerosos cuestionamientos por los malos tratos que implican. El reconocido Festival de Jesús María, por caso, fue el primero en recibir un aluvión de críticas tras la muerte de varios animales durante la doma. Ahora, los cuestionamientos también resuenan fuerte en Tucumán, a través de las redes sociales. 

"¿No se cansan de estar siempre sumidos en violencia y anacronismo? Brutalidad, brutalidad y más brutalidad con una lavada de cara llamada "tradición". Cómo si las tradiciones fueran garantía de paz social y respeto a la integridad de las especies", postearon este domingo en el Facebook de la ONG Libera! para denunciar las consecuencias que tienen para los caballos las jineteadas. 

"Tafí Viejo se presenta como un municipio progresista e inclusivo, pero abrazan fuertemente una cultura donde la violencia está normalizada. Sumen a las demás especies en calvarios de dolor y humillación, como sucede con los equinos en estos festivales populares en donde sólo importa la cantidad de gente que votaría, cayendo siempre así en el proselitismo rancio de Tucumán". Con estas palabras la activista Ivana Acevedo cuestionó en diálogo con eltucumano.com lo que subyace en los festivales de doma, jineteada y folklore en el interior provincial.

La representante de la organización que lleva adelante el reclamo no descarta realizar una denuncia formal ante la justicia para que estos espectáculos, que se desarrollan también en otros puntos de la Provincia a lo largo del año, queden fuera de agenda.
Por su parte, desde Movimiento Fucsia, otra agrupación que lucha contra el maltrato animal en Tucumán, se sumaron a la petición y repararon en que la cultura no puede estar ligada a la tortura y al maltrato de seres sintientes cuyos derechos están contemplados por ley.

"Tortura y tradición no es cultura. Como sociedad debemos repudiar fuertemente estos actos de crueldad aberrantes disfrazados de entretenimiento. ¿A quiénes puede divertir cómo los latiguean y cómo las espuelas cortan y desgarran sus cuerpos hasta que caen? ¿A quiénes puede divertir cuando se quiebran las patas y los descartan porque ya no sirven?. Dejemos de ser parte de esta tortura", fue el pedido que hicieron este domingo a través de las redes. 


Un serie de padecimientos

En la petición de Change.org dirigida al intendente Noguera se hace un repaso de los sufrimientos que implica para el caballo la participación en los festivales de doma y jineteada. 

"En las llamadas domas/jineteadas que se realizan en las fiestas criollas, los caballos (y otros animales) son sometidos a intensos malos tratos y graves situaciones de estrés", sostiene el texto que será presentado junto a las firmas. "Desde el momento que el animal es destinado para una jineteada, se los somete para ser ariscos de lomo y embocadura, y así rechacen al jinete que quiera montarlos, estos entrenamientos suelen ser muy crueles", detalla la publicación. 

"Como al caballo se le genera un profundo miedo al permanecer atado a un palenque con los ojos vendados y escuchando ruidos y movimiento a su alrededor, (cuando no recibiendo castigos y empujones que se le propinan con otros caballos) entonces trata de escaparse, pero le es imposible ya que se encuentra rodeado. Prueba de esto es que, en la mayoría de los casos termina cayéndose por los golpes que se da el mismo contra el palenque". 

"Luego de todo esto, lo sostienen para que también jinete logre montarlo, y así comenzar con la siguiente etapa de suplicio, que incluye tirones de riendas y embocadura, castigos con el rebenque por todo su cuerpo, y un terrible ensañamiento con las espuelas de puntas afiladas, que son clavadas por la zona del cuello, paleta y abdomen, ya que el jinete está permanentemente en movimiento sobre el lomo del animal y sus piernas espueladas bailan a uno y otro lado casi sin control".

"El caballo termina padeciendo terribles dolores y diversas heridas, generalmente en la panza (espuelas) y boca (embocadura), haciendo que se manifieste de la única manera que tiene: corriendo, retorciéndose, corcoveando y saltando, para intentar sacarse de encima al valiente hombre que lo está martirizando. El animal salta tan bruscamente sobre sus dos extremidades traseras, que muchas veces termina cayendo violentamente y desnucándose, lo que le genera la muerte. Sumado a todo esto, el jinete pone en reisgo su vida porque puede ser aplastado por el caballo al caer".

Acevedo reparó que a este tipo de actividades en donde la violencia la violencia está naturalizada concurren familias completas. "Estamos hablando de espectáculos en donde la diversión consiste en pegarle duro con palos y látigos a seres que son más débiles que el jinete, que está en una posición de poder sobre el animal. ¿Podemos ver como todas las violencias se interrelacionan en esta sociedad?".