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Los grandes perdedores de las elecciones tucumanas

#VOTATUCUMÁN

Perdieron de la peor forma. Algunos quedaron sin pan ni pedazo. Quiénes son y qué será de ellos después de 2019.





Apostaron todo o no tenían demasiado para perder. Cambiaron de bando, olvidaron sus raíces y hasta renunciaron a sus ambiciones en pos de un hipotético futuro mejor; no necesariamente hicieron todo eso junto. Algunos admitirán más daños que otros. Lo único cierto es que todos perdieron de la peor forma en los último comicios realizados en Tucumán. A continuación, una enumeración de menos a más.


Christian Rodríguez

Ex amayista converso manzurista. El dirigente que llegó a la legislatura en 2015 en la boleta del Acuerdo para el Bicentenario (ApB), no pudo obtener la reelección. Fue uno de los primeros en saltar del “Titanic” cambiemita golpeado por el iceberg Mauricio Macri. Fue all-in al reelecto Gobernador Juan Manzur, lo acompañó en cuanto recorrido barrial pudo, apostando a la entrega de bombas de agua como principal acción proselitista.



Stella Maris Córdoba

La legisladora que en 2011 peleó la Gobernación a José Alperovich como ─según ella misma se proclamaba─ la candidata “verdadera” del kirchnerismo en Tucumán, el domingo terminó de cavar su tumba. Junto a otros dos legisladores formaron el bloque Peronismo por el Bicentenario en 2015, una facción peronista que apoyaba el modelo macrista en la provincia. Cuando el macrismo comenzó a pesar en sus hombros, decidió saltar la valla hacia el Partido Justicialista (PJ), donde Juan Manzur y compañía esperaban para abrazarla. Durante la campaña no pudo demostrar poder de convocatoria a su nuevo conductor, cuestión que finalmente le costó en las urnas.



Juan Pablo Lichtmajer

El ministro de Educación fue uno de los integrantes del Gabinete provincial que asistieron al tentador llamado de los comicios. Con una plantilla de decenas de miles de docentes públicos a lo largo y ancho de la provincia y una gestión que califica como “buena-muy buena” entre sus pares, a cualquiera que tuviera a cargo el armado de las listas le hubiera parecido una buena idea postularlo. Sin embargo, quien parecía que iba a sortear “caminando” la jornada cívica, con una campaña basada en grandes actos y material audiovisual que lo mostraban genuino, terminó arrastrando los pies. No le alcanzó para una banca (al menos en el escrutinio provisorio) y ahora su continuidad al frente del Ministerio deberá ser ratificada por el mandamás provincial en los próximos meses/semanas.




Hugo Cabral

El de Unidad Ciudadana (UC) quería ser intendente de Tucumán. Luego de idas y vueltas con dirigentes del Partido Justicialista (PJ), con tires y aflojes entre Juan Manzur y José Alperovich por ver quién sería el ungido por Cristina Fernández como el candidato a Gobernador de Tucumán, terminó deponiendo sus aspiraciones a la intendencia y aceptando ir en la boleta como candidato a legislador en pos del pedido de unidad del peronismo ─surgido el 17 de octubre pasado en el hipódromo─ y luego de que la propia expresidenta ordenara a las sedes provinciales de su espacio político alinearse con los justicialismos de todo el interior. Subió a un taxi para conocer las necesidades de la gente y anunció el acuerdo con el PJ posando como estatua. La banca en la Legislatura le quedó a distancia de colectivo interprovincial.




Patricia Lizárraga

La que en meses será exintendenta de Famaillá había llegado a ser la nueva jefa municipal de la mano de su excuñado, el mellizo José Orellana, que este año culmina su período como diputado nacional. Las cosas de la vida llevaron a la familia a distanciarse. Patricia continuó con su gestión con un enemigo impensado: su expareja, el mellizo Enrique, electo legislador este último domingo, quien dedicó buena parte de su tiempo a minarle el camino con reclamos mediáticos contra su administración. 

Pelea va, pelea viene, Lizárraga logró arrebatarle una banda histórica a su ex y a su cuñado para cerrar su campaña electoral: Los Avelinos 3G, quienes históricamente tocaron en los actos de los hermanos más famosos de la provincia. La maniobra no bastó para torcer la voluntad del pueblo famaillense y, sumado a una buena campaña de José en redes, el distanciamiento terminó costándole caro a Patricia, que ahora deberá conseguir invitación para visitar en verano el Balneario Municipal o conocer los dinosaurios.




Sergio Venegas

Otro intendente que perdió su trono. Venegas se subió al auto 0 kilómetro del nuevo José Alperovich y terminó haciendo dedo para volver a su casa. Tuvo la oportunidad de seguir en el tren manzurista, pero confió en las promesas del exgobernador y ahora deberá analizar si asiste al llamado a trabajar que realizó la fórmula triunfadora el domingo.


Claudio Viña

El ex bussista se alejó de Fuerza Republicana para armar su propio espacio: Nueva Fuerza. Fusionó su esrtructura con la de Cambiemos Tucumán y se lanzó para conseguir la reelección de su banca como legislador, que había conseguido con el partido que encabeza Ricardo Bussi. Si hay decisiones equivocadas, esta sin dudas fue una de las peores de las últimas elecciones. Viña no sólo no fue reelecto, sino que su ex socio consiguió siete bancas además de la propia, convirtiéndose en la segunda mayoría de la Legislatura. 


Sandra Manzone

De armadora cambiamita a ex concejala. Fue la impulsora del ex ministro nacional de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, como candidato a Gobernador y “salvador” de la provincia. La de Coalición Cívica ARI, representante de la diputada Elisa Carrió en Tucumán, no pudo llegar a ocupar una banca en la Legislatura. Las caminatas por la peatonal Mendoza repartiendo volantes y votos no le alcanzaron. Su mejor recuerdo de la campaña será Prat-Gay ayudando a apilar las boletas para el domingo, días antes de los comicios.




Mario Leito

El presidente de Atlético Tucumán en uso de licencia debía, tal y como dictaba su slogan de campaña, salir a ganar la Capital. Apenas días antes de los comicios hizo circular la versión de que las encuestas daban un empate técnico con Germán Alfaro. Nunca difundió las mediciones. Lo real es que quedó a nueve puntos y la esperanza de peronismo por recuperar San Miguel de Tucumán se diluyó como las aspiraciones del equipo Decano de obtener una copa.

El Gobernador Juan Manzur se puso al hombro la campaña de quien llevó a Atlético a lo más alto de su historia. Recorridos en barrios, encuentros con dirigentes y actos multitudinarios. Puso a disposición todo el aparato peronista con la intención de ganarle en su territorio a quien es hoy el mayor rival del peronismo tucumano.

El futuro de Leito es incierto. A fines de junio el club tendrá elección de autoridades, donde podrá presentarse nuevamente para renovar su presidencia, aun cuando una parte de los hinchas lo criticaron duramente por “hacer política” con la camiseta albiceleste. ¿Estará en los planes del Gobernador para integrar el Gabinete? Sólo el tiempo lo dirá.


Silvia Elías de Pérez

La senadora remó en dulce de leche. A diferencia de campañas anteriores de Cambiemos en Tucumán, no contó con apoyos de peso para ganar nuevas voluntades. En 2015 desfilaron por la provincia para apoyar a José Cano el presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete Marcos Peña y el ministro del Interior Rogelio Frigerio. Este año hubo saludos por Twitter del senador Estaban Bullrich y una visita tan fugaz de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que no alcanzaron a compartir ni una copa.

La campaña de Elías de Pérez se basó casi exclusivamente en atacar la administración de Juan Manzur en seguridad y en denunciar maniobras clientelistas, acciones que también se registraron en el bando cambiemita.

Si bien la candidata a Gobernadora quedó segunda en el ranking de más votados, en Capital se registró un corte de boletas monumental. Germán Alfaro, su candidato a Intendente, le sacó más de 10 puntos. En la Legislatura, en tanto, perdió ocho bancas. Su intento por despegarse de la imagen de Mauricio Macri resultó en vano y su discurso terminó siendo un yunque para todo su espacio. Prueba de esto es que, respecto a los anteriores comicios generales, el macrismo en Tucumán perdió más de 20 puntos. Por estas horas muchos ─especialmente radicales─ se preguntan si Silvia era la mejor opción para pelear la Gobernación.







José Alperovich

“El tiro le salió por la culata”. Nunca antes la frase estuvo mejor aplicada. A José Alperovich su sistema de acoples le terminaron jugando una pésima pasada. Quien en algún momento fue conocido como el “Zar tucumano” por su dominio total de la provincia y sus dirigentes, terminó solo y abandonado en su propia fiesta de victoria, en un búnker para más de 300 personas armado en una de sus 10 mansiones. Sobró chorizo, asado y espacio. Ni el dueño de casa quiso salir al patio de su hogar cuando los datos oficiales aparecieron en la pantalla del living donde el senador nacional gusta de ver series en Netflix.

Alperovich había comenzado su campaña apenas Juan Manzur asumió como Gobernador, utilizando vehículos oficiales del Ministerio de Desarrollo Social en calidad de asesor ad honorem del Gobierno Provincial, mostrándose cerca de los más vulnerables. Llegó a transmitir la percepción ─a través del diario tucumano de mayor tirada─ de que Manzur era sólo era un mandatario de transición. Poco a poco esa imagen se fue diluyendo y las fotos que lo mostraban junto a su sucesor en su casa, en su concesionaria o donde él dispusiera, se fueron agotando. No hubo más cámaras entre ambos, y entonces la relación se rompió. Buscó asilo bajo la imagen de Cristina Fernández, pero también falló.

José Jorge terminó cuarto, detrás de Ricardo Bussi. Tardó una noche completa en comprender la derrota. ¿Qué habrá sido de los chorizos?