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Se viralizó el relato de un ex alumno de un colegio religioso tucumano

EN PRIMERA PERSONA

Pablo Adad expresó a través de las redes sociales lo vivido durante 11 años en una de las instituciones más importantes de Tucumán. Contenido sensible.

Una de las instituciones más importantes de Tucumán desde 1900.





Pablo Adad fue alumno del Colegio Sagrado Corazón de Tucumán durante 11 años, entre 1989 y 2000. Hoy saca a la luz a través de una carta abierta diferentes situaciones que padeció durante todo ese tiempo. El texto ha sido objeto de apoyo de parte de otros alumnos que han pasado por una de las instituciones más importantes de la provincia desde el año 1900 y también ha sembrado cuestionamientos y debates sobre el comportamiento de las autoridades hacia los alumnos.

"Siguiendo con esa ola de denuncias, liberación y experiencias, le toca el turno al Colegio Sagrado Corazón de Tucumán, del que fui alumno desde 1989 al 2000. Cabe aclarar que esta es mi propia vivencia y experiencia que puede no coincidir con la de otros y, lo siento por el colegio, pero no recuerdo nada bueno que sea trascendental para contarlo, aunque me esfuerce por encontrarlo", indica Adad en su perfil. Y a modo de presentación introduce: "Al ser un colegio católico, paseaban los curas por los pasillos como maestros y guías espirituales y detallaré diferentes momentos"

A continuación, el relato de Adad:

"Confesión: durante la misma, uno de ellos guiaba tus pecados para llegar al más temible de todos: haber visto pornografia y ante la afirmativa te decía que tenías que pensar con la cabeza de arriba y no con la de abajo (mientras te daba palmaditas en ambas). Teníamos 14 años y todos los compañeros comentábamos a la salida si nos había tocado o no pero creíamos que era una 'palmadita sin dobles intenciones' por ser el enviado de Dios y casi santo. Hoy sé que es un gay reprimido y pedófilo. Sé que ya no está en el Colegio pero no sé si lo enviaron a Lourdes (donde no solo está la gruta sino la papelera donde supuestamente enviaban a las autoridades eclesiásticas que cometían errores), quizás está muerto... no lo sé".

"Viaje de estudios a San Pedro: el padre Marcelo nos levantaba cada mañana a las 6 con un silbato al máximo y en menos de 1 minuto teníamos que estar parados como militares al costado de la cama para ir a leer la Biblia. Caso contrario, nos tiraba al piso con colchón incluido. A la hora del almuerzo no nos permitía ir al baño hasta que todos hayan terminado de comer y así, una vez, le pedí que me dejara ir y me amenazo que si iba, lavaría los platos de todos y ese día me hice encima junto a otros dos alumnos. Tenía 9 años, todos se enteraron, algunos se burlaron pero ninguna autoridad apareció. Y a la hora de las duchas era extraño y cómico que la señorita de religión entraba a los baños a apurarnos".

"Actos patrios: pobre de aquel que fuera afeminado y tuviera que leer algo, llevar la bandera o actuar. No se escuchaban las canciones patrias por los silbidos de todo el colegio, acompañados de las sonrisas incómodas de las autoridades que nunca dijeron nada al respecto ni enseñaron tolerancia y respeto".

"Aulas: disciplina ante todo, caso contrario algunos profesores te castigaban con flexiones de brazos, tirándonos tizasos, borradores y abrir y cerrar las manos hasta que duela. Otro te metía boca abajo en el basurero o te tiraba de las patillas. Creíamos que estaba bien como castigo. Tanta disciplina!!!"

"De la supuesta buena educación recibida, no me acuerdo demasiado, aunque haya tenido mucho aprecio por algunos docentes y algunas clases de buen nivel. Pasaron muchos años, eran otros tiempos, otra sociedad y solo espero que estas actitudes hayan cambiado en ese Colegio y, con todo lo bueno que tienen, no sigan preocupados especialmente por sacar grandes y buenos alumnos machos, cristianos, derechos y SAGRADOS!"