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"No fumo más": testimonios para dejar el cigarrillo

LIBRE DE HUMO

Pacientes que lo han perdido todo, que han estado al borde de la muerte, que han sufrido por el pucho y en seis sesiones de terapia lo han dejado. Toda la información en esta nota.

El cigarrillo mata.





Cada vez hay más razones para dejar de fumar. En este bendito país, con las cuentas, los chicos, el colegio, los precios y la mar en coche, sí, es díficil, pero hay que ponerle el pecho. Y ese pecho tiene que estar limpio, libre de humo. A la razón más importante que es la salud y que su consumo mata se suma, dato no menor para los fumadores empedernidos, la constante suba de precios: 70 pesos un veinte, 40 pesos un día, casi 3 mil pesos al mes, 36 mil al año, ¿qué tal?

En la lucha por vencer al cigarrillo, la doctora Ariela Tarcic dicta un taller fundamental todos los jueves a la mañana en el Centro de Salud. La rodean 10 pacientes que lo han intentado todo para dejarlo: promesas, parches de nicotina, chicles y hasta esos cigarrillos electrónicos que tiran humo como un caño de escape. A todos los que alguna vez fumaron, la pregunta de Tarcic tiene la misma respuesta: "¿Cómo fue su primera pitada?"

- ¡Horrible! ¡Me descompuse! ¡Me ahogué! ¡Era amargo! ¡Tenía gusto feo!

Los 10 pacientes hablan a los gritos, se pisan las palabras, se ríen, sufren, y el recuerdo ingrato sirve para abrir la charla y, de a poco, ir superando la adicción al tabaco. Muchos de los asistentes ya llevan un mes sin probar un cigarro.

La situación de algunos pacientes ha llegado a ser crítica: enfisemas pulmonares, tos o dolores de pechos, que asocian al cigarrillo y otros porque socialmente ya se sienten discriminados por fumar. "Gracias a la bronquitis dejé de fumar", cuenta Graciela, una de las asistentes del taller. "La maestra de mi hijo me dijo que tenía mucho olor a cigarrillo", agrega Laura, casi con vergüenza. "Ya tengo dos stent en el pecho y no quiero seguir enfermándome", se aflige Juan Alberto.

"El fumador fuma cuando está feliz, cuando está triste, cuando tiene hambre, cuando está nervioso o para hacer tiempo", describe Ariela, a cargo del taller del Centro de Salud, y todos se ríen y le dan razón a la médica. "Hay una construcción de la vida entorno al cigarrillo y en este taller, los pacientes vienen a deconstruirse de esa costumbre y construirse de nuevo (sin el cigarrillo)", explica la especialista en neumonología.

Ramona Conticello recuerda que su último cigarrillo fue el 10 de mayo de 2018. Hace cuatro meses fumaba alrededor de dos atados al día. Su cabeza hizo click cuando falleció su marido, internado también en el Centro de Salud, el mismo lugar al que ahora va ella para rehabilitarse de su adicción.
"Perdí muchas cosas por el cigarrillo, principalmente a mi esposo. El murió en marzo de este año a raíz de un cáncer de pulmón. Obvio que el cigarrillo ayudó a eso. Pude lograr vencer el miedo de venir al lugar en el que mi marido falleció y decir ‘no voy a fumar más’. Hoy soy líder del taller y ayudo con mi experiencia a los demás”, cuenta con orgullo Ramona.

Dejar el cigarrillo, además, fue tomar conciencia de su propio cuerpo: "Me di cuenta que nunca había respirado bien y nunca había saboreado nada rico. Uno cree que es normal lo que está viviendo porque la nicotina te domina el cerebro al punto de pensar en morir antes de dejar el cigarrillo". Así que ya saben: dejar el cigarrillo es posible.



Los talleres grupales son una de las estrategias del Programa Provincial de Lucha Antitabáquica y se apoyan en los tratamientos individuales en consultorio, con soporte medicamentoso. Las rondas funcionan los jueves de 10 a 12:30, en el Centro de Salud (avenida Avellaneda 750) y otros hospitales de la provincia (detalle al final de la nota). El servicio es completamente gratuito.
La doctora Tarcic asegura que unas 44.000 personas mueren por año en Argentina por causa directa del cigarrillo y de esas un 15% nunca fumaron, pero estuvieron expuestas al humo del tabaco.

El Programa cuenta con más de 10 Servicios de Cesación Tabáquica, públicos y gratuitos, en los hospitales, policlínicas y centros de atención primaria de la salud (CAPS) de la provincia.

- Servicio: Hospital Centro de Salud Z. Santillán. Domicilio: Av. Avellaneda 750.
- Servicio: Hospital de Clínicas Pte. Dr. Nicolás Avellaneda. Domicilio: Catamarca 2000.
- Servicio: Hospital Ángel Cruz Padilla. Domicilio: Alberdi 550.
- Servicio: CAPS Eva Duarte. Domicilio: San Miguel 1500.
- Servicio: Hospital de San Pablo. Domicilio: Avenida Principal 107. San Pablo.
- Servicio: CAPS Villa Rosario. San Pablo. Domicilio: Villa Rosario. San Pablo.
- Servicio: Asistencia Pública Municipal de Tafí Viejo. Domicilio: Centenario 424.
- Servicio: Hospital María Auxiliadora. Ranchillos. Domicilio: Santiago S/N.
- Servicio: Hospital Estación Aráoz. Domicilio: Estación Aráoz.
- Servicio: Hospital Centro de Salud. Domicilio: Gorriti y Alsina. Aguilares.
- Servicio: Hospital Parajón Ortiz de Famaillá. Domicilio: Belgrano 210. Famaillá.
- Servicio: CAPS La Ramada de Abajo. Domicilio: La Ramada de Abajo.
- Servicio: CAPS Santa Clara. Yerba Buena. Domicilio: Frías Silva y Fanzolatto.
- Servicio: Hospital Garmendia. Domicilio: 9 de Julio S/N. Garmendia.