Incondicional: La amistad entre dos tucumanas no conoce sobre la distancia

Algunos dicen que los amigos son la familia que uno elije. La historia de Agustina Roca de 30 años y Andrea Flores Antognini de 32, lo demuestra. Luego de casi 20 años de amistad, la relación incondicional que forjaron día a día, las mantiene unidas a pesar de la distancia.

Agustina conoció a su amiga Andrea en el Colegio Guillermina. Agustina tenía 12 y Andrea 15. Desde ese momento, nada las pudo separar, "es mi mejor amiga, siempre compartí todo con ella; es hija única así que somos como hermanas", relata Agustina en diálogo con eltucumano.com.

Hace 5 años le ofrecieron trabajo a la pareja de Andrea en Canadá, por este motivo comenzaron a construir su vida juntos luego de casarse, a más de 11 mil km de distancia de Tucumán. "Siempre hemos estado. Nos conocemos en todas la etapas de la vida. Hemos pasado por varias cosas y congeniamos, tenemos gustos muy parecidos. Siempre la tuve a la par y me dio una mano,  igual que hice yo con ella",  explica. 

A pesar de los distintos caminos por los que la vida llevó a cada una, son mas fuertes los lazos construidos durante  todos estos años en los que compartieron los secretos,  la adolescencia y la juventud, años en los que discutieron cuestiones de trabajo, de facultad, de las veces que se enamoraron.

Hoy, se organizan para poder verse por lo menos una vez por año, o bien cada año y medio. "Nos vimos el año pasado en febrero, ella llegó de sorpresa y se quedó un par de semanas, planeamos vernos en noviembre de este año, porque se casa una amiga. Cuando está acá tratamos de pasar el mayor tiempo posible juntas. Hacemos todo lo que tenemos que hacer, pero juntas", dice. Y agrega, "La vida te va dando otros amigos. Pero ella es una de esas amigas que vos elegís y decís que la querés con toda el alma, son muchos años".

 

Si bien reconoce que es difícil la distancia, el avance de las tecnologías en comunicación, les facilitaron mantener el contacto y que nada cambie demasiado en su relación, "una extraña horrores. El compartir, el salir o cuando una necesita un abrazo, se extraña".

Pero las comunicaciones de hoy en día nos facilitan el tema de seguir estando en contacto y cuando nos podemos ver, que todo sea exactamente igual, como si hubiéramos tomado un café la semana pasada y charlando de lo nuestro. Nos comunicamos todo el tiempo por Skype, Whatsapp, nos mandamos fotos. Pero el contacto físico, del abrazo y de compartir las alegrías, falta", cuenta Agustina.