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La expansión del museo más famoso de Nueva York está en manos tucumanas

SU HISTORIA

Mariano Ortiz Ratkovic trabaja junto a arquitectos estadounidenses en el rediseño del museo de arte moderna (MOMA).





A los 42 años, el arquitecto tucumano Mariano Ortiz Ratkovic encara el mayor desafío de su carrera profesional: es un miembro clave del equipo que lleva adelante la expansión y el rediseño del Museo de Arte Moderno (MoMA), un emblema de la ciudad de Nueva York y del mundo de las artes.


Nacido en San Miguel de Tucumán, se instaló en Yerba Buena a los cinco años. Estudió en el colegio San Patricio, para luego entrar en la carrera de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), donde conoció a Constanza Fuentes, su esposa, con quien tiene dos hijos: Lorenzo, de 7, y Alejo, de 5.



Instalados en Estados Unidos desde 2007, el matrimonio atraviesa un gran momento profesional, sin olvidar ni por un momento a su provincia natal. "Se extraña mucho, sí. Los dos venimos de familias muy numerosas, con muchos primos y tíos, y aunque estamos siempre en contacto, lo más duro es no estar en el día a día con la gente que querés", se sincera en diálogo con eltucumano.com.


Las diferencias, claro, aparecen donde uno menos la espera. "Extraño mucho el ritmo de vida tucumano y las cortas distancias que permiten quizás juntarte a tomar un café o comer un asado con amigos sin más organización que un par de llamadas. Eso es muy nuestro, del interior del país, y creo que no lo valorás hasta que lo dejás de tener. En ese sentido New York es el polo opuesto, acá me invitan en marzo para eventos que son en julio".


Tras once años trabajando para Gensler, uno de los estudios de arquitectura más importantes del mundo, Mariano actualmente está embarcado en uno de los proyectos más significativos de la ciudad, algo que al mismo tiempo genera expectativa en todo el mundo: la expansión del Museo de Arte Moderno (MoMA), que estará terminada a mediados de 2019.



En una reciente entrevista con el diario "Clarín", contó sobre el proyecto. "Estamos llevando adelante la dirección técnica de la obra, pero el diseño es de Diller Scofidio + Renfro, el mismo estudio que hizo el High Line (el famoso paseo sobre las vías del tren conecta el centro de la ciudad con el barrio de Chelsea). Básicamente, lo que se buscaba era agregar más superficie de galerías para exposición. El MoMA tiene muchísimas obras de arte guardadas que no puede exhibir porque no tiene dónde. Cuando se termine, va a tener un 35% más de espacio para ese fin. Otro punto importante era la congestión del lobby. El MoMA recibe en promedio casi 10.000 visitantes por día. Si uno iba un martes de lluvia, por ejemplo, no se podía circular, era una mar de gente. La tienda también estaba saturada. Necesitaba expandirse, el tema era hacia donde hacerlo".


Así dio inicio una ardua tarea. "Además de la intervención en el lobby de la planta baja, en el edificio existente se construyeron más baños para el público. También se hizo un local comercial llamado MoMA Store en el segundo piso, se remodeló el café existente y se reconfiguraron las galerías en los pisos superiores. Se está haciendo un edificio nuevo de 10 pisos y dos subsuelos, pegado al edificio original. El museo además va a usar 3 pisos de de una torre de viviendas llamada 53W53, diseñada por Jean Nouvel", explicó.


Después de una década en Estados Unidos, compartiendo con colegas de todo el mundo, Mariano no duda. "La formación académica que se ofrece en la UNT es excelente", afirma, y explica: "yo en realidad me di cuenta cuando hice el máster en Texas A&M, que es una universidad con cierto prestigio en EEUU. Tenía compañeros de todo el mundo y sentía que estaban un escalón abajo en cuanto a sus conocimientos de arquitectura en general. Había dos tucumanos más, Aníbal Nuñez y Hernán Molina, egresados de la UNT, y sinceramente sentíamos que estábamos mejores preparados. Al final nos terminamos destacando un poco sobre el resto", recuerda.



Por último, destaca que "tuvimos la suerte también de tener grandes docentes y formadores en la universidad como Leo Combes. Acá en Gensler, el estudio donde trabajo, también hay otra arquitecta egresada de la UNT, Viviana Tujman de Schapsis, salteña, y conocí otros varios en estos años, todos trabajando en muy buenos estudios. Siempre que puedo trato de reconocer y agradecer a la facultad de Arquitectura y Urbanismo de Tucumán que con limitados medios y recursos a mí me dio muchísimo y su formación fue clave para que haya podido llegar hasta acá".