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Monseñor Sánchez: "Vale toda vida, no hay sobrantes en Argentina"

día de la independencia

Al igual que en el Tedeum del 25 de Mayo, el Arzobispo de Tucumán condenó el aborto y pidió unidad a la clase política. “Que el Señor ilumine la mente y la voluntad de nuestros senadores”, dijo al final de su homilía.

Carlos Sánchez durante el Tedeum en la Catedral. Foto Twitter/Osvaldo Jaldo.-





Con la presencia de autoridades nacionales, provinciales y municipales, se llevó a cabo este 9 de Julio el Solemne Tedeum en la Iglesia Catedral, encabezado por el Arzobispo de Tucumán Carlos Sánchez.


Durante su homilía el titular de la Iglesia tucumana habló sobre la pobreza, el narcotráfico y el aborto, al cual rechazó plenamente y lo calificó como “muerte”. Además pidió la “reconciliación” de los que tienen a cargo la conducción de la patria.


“Respetemos este derecho fundamental que tiene todo ser humano, todo argentino. Vale toda vida, no hay sobrantes en la Argentina”, expresó el Arzobispo, quien luego pidió cuidar la vida desde su concepción.


“La dignidad de todo ser humano debe ser respetada desde su concepción hasta la muerte natural. No a la muerte. El aborto es la muerte de un inocente, de un niño y de un argentino y nadie tiene derecho a eliminar la vida de un ser humano. No nos engañemos ni nos dejemos engañar. La verdad es la que nos hace libres”, puntualizó.


Además, Sánchez pidió escuchar a los argentinos que se expresaron a “favor de la vida”. “¿Cuántos argentinos se han expresado a favor de la vida? Los tucumanos fuimos testigos el 10 de junio pasado ¿Cuántos jóvenes y ancianos? ¿Cuántos médicos?, que expresaron ‘no cuenten conmigo para el aborto’. Nos respetemos como hermanos. Convivamos como hermanos en esta sociedad. Generemos la cultura de la vida y el encuentro, porque vale toda vida”, señaló el religioso que fue escuchado atentamente por agrupaciones en contra del aborto que se encontraban en las puertas de la Catedral.


Sobre la realidad económica del país y la pobreza, el Monseñor pidió escuchar a los más vulnerables y la unión de la clase política. "Hay que escuchar la voz de los que no tienen voz; de los marginales, de los adictos. Especialmente tenemos que escuchar los que tenemos a cargo la conducción de la patria, necesitamos transitar un esforzado camino de encuentro y reconciliación para volver a encender nuestros corazones en los ideales".


"Llorar por la miseria de los demás significa compartir su dolor. Abramos los ojos y sintamos el grito de pedido de auxilio. El Estado debe garantizar cohesión en la sociedad civil. Darle accesos a la gente para que tengan una digna vida humana. El Gobierno de cada país debe ver el bien común", añadió.


Por último el Arzobispo envió un mensaje a los senadores de la Nación, quienes en agosto participarán del debate por la legalización del aborto. “Que el Señor ilumine la mente y la voluntad de nuestros senadores y nuestras autoridades para que votemos siempre por la vida y defendamos siempre a la vida, porque toda vida vale”.


El discurso del Arzobispo fue escuchado por la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, el gobernador Juan Manzur, el vicegobernador Osvaldo Jaldo y el intendente capitalino Germán Alfaro. Además en la Catedral había senadores y diputados por Tucumán; y concejales de la capital.