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El ex jefe de Policía culpó a Lebbos de las fallas en la investigación

ETAPA DECLARATORIA

Hugo Sánchez declaró sobre su participación en las medidas de seguridad interpuestas el día del hallazgo y posteriores. Realizó una dura acusación contra el padre de la joven, en cuanto al nulo avance que tuvo la investigación.

Hugo Sánchez, en el banquillo de los acusados. (FOTO: Mariana Romero)





El ex jefe de la Policía de Tucumán, comisario retirado Hugo Sánchez, prestó declaración este miércoles por la tarde ante el tribunal en la Sala de Juicios Orales, Penales y Correccionales del Palacio de Tribunales. Está imputado por encubrimiento agravado, abuso de autoridad, coacción y falsificación de instrumento público.

Además de negar todos los hechos que se le imputan, Sánchez responsabilizó a Alberto Lebbos, padre de la joven Paulina hallada sin vida el 11 de marzo de 2006, de entorpecer la investigación mediante la presión mediática. El ex jefe recordó la pista del remisero Juan Pedro Cruzado, quien se atribuyó haber trasladado a Paulina Lebbos y a su amiga Virginia Mercado la noche de su desaparición.

Sánchez dijo que luego de una reunión mantenida con el entonces gobernador José Alperovich en Casa de Gobierno, donde se le informó sobre el hallazgo del remis Duna bordó que era requerido por la Justicia, el ex mandatario procedió a vertir esta versión durante una rueda de prensa en la que expresó estar cerca de conocer la identidad del homicida.

Fue esta declaración periodística ─según el imputado─ la que motivó a Lebbos a demandar públicamente el nombre del asesino en marchas y a través de los diarios a medida que pasaban los días, acción que el comisario retirado considera fue la que entorpeció el proceso al tener que responder a la demanda social.

“La investigación ya estaba en situación mediática y se transformó en una bola de nieve que incluyó a los ‘hijos del poder’, la fiesta en Raco; entonces se dejaron de investigar líneas de otras hipótesis fuertes”, explicó al tribunal, consultado por el representante del Ministerio Público Carlos Sale.

El ex jefe declaró que había dos investigaciones paralelas que coincidían en cuanto a la pista de Cruzado. Sale le consultó si tenía conocimiento sobre contactos telefónicos mantenidos entre el remisero y Casa de Gobierno, la Legislatura, Jefatura de la Policía y otras dependencias estatales ─información que se desprende de un informe de la Policía de Seguridad Aeroportuaria─, cuestión que aseguró desconocer.

Tanto el Ministerio Público como la querella estuvieron abocados durante toda la tarde a determinar si la presencia de Sánchez era necesaria en el kilómetro 2,8 de la ruta 341 de la localidad de Tapia el día del hallazgo, como así también la de sus subordinados. Sánchez enumeró una serie de hechos policiales a los que se apersonó por la gravedad de los hechos o relevancia mediática, ya que muchas veces era él el vocero policial ante los medios.

También indagaron sobre la relación del comisario retirado con el testigo Sergio Kaleñuk, a quien calificó como un nexo entre el Club Atlético Tucumán y la Policía. Ocurre que el día en que desaparece Paulina, el ex jefe junto al subjefe Nicolás Barrera y al ex secretario de Seguridad Eduardo Di Lella se encontraban fiscalizando la seguridad de un partido entre el mencionado equipo ─que jugaba de local─ y San Martín. Fue en esa ocasión en que Di Lella y Sánchez dicen haber tomado conocimiento de la desaparición de la joven, al finalizar el partido y tareas pertinentes, en un semáforo de avenida Sarmiento.

“En un momento dado se detienen en un semáforo en Junín y Sarmiento, no recuerdo bien, y para un vehículo del que desciende una persona conocida de Di Lella. Era Alberto Lebbos, quien le dice que estaba buscando a su hija que había salido anoche”, recordó.

El día del hallazgo del cuerpo, Sánchez es notificado por su secretario personal, el también ex jefe de Policía Dante Bustamante, quien a su vez es alertado por el imputado Héctor Brito, ex jefe de la Unidad Regional Norte. Al llegar al lugar donde yacía el cuerpo, ya se habían tomado las acciones preventivas del caso para resguardar la escena, según indicó.

“Lo vi a Brito y a García. Brito inició el diálogo informándome del hallazgo. García me informa eufórico que habían recibido información que habían hecho un rastrillaje que terminó encontrando el cuerpo”, afirmó Sánchez. Enrique García era el comisario de Raco en esa época. Fue condenado a cinco años de prisión por falsificación de instrumento público al determinarse que fraguo un acta para atribuirse el hallazgo del cuerpo que habían realizado los hermanos Sergio y Marcelo Goitea.

El ex jefe aclaró que fue García quien tomó todas las medidas pertinentes al ejercer el rol de Policía Judicial. “El cargo de Jefe de la Policía es político, un nexo entre la Policía y el Poder Judicial”, explicó. También reveló que vio el cuerpo de la joven tres veces al menos: a su llegada, cuando se lo mostró al fiscal Alejandro Noguera y a Alberto Lebbos.

“Cuando llega Noguera empieza a transmitir instrucciones. Lamentó la hora en que se dirigió a mí, porque si no no estaría aquí”, se lamentó y agregó que, al haber sido Brito el oficial de mayor rango en el lugar, no tuvo otra opción que dirigirse a él. “Tal es así que Noguera dice en su testimonio que le dio órdenes a él y yo las hice cumplir acabadamente”, indicó.

El testimonio de Sánchez se extendió desde las 16:30 hasta las 22:30 de este miércoles. El tribunal dispuso declarar un cuarto intermedio hasta las 08:30 de este jueves. A continuación del ex jefe de la Policía de Tucumán hará uso de la palabra y contestará las preguntas de las partes acusadora y defensora el ex subjefe Nicolás Barrera.


Reunión en Raco

Hugo Sánchez admitió haber participado de una reunión social con Eduardo Di Lella, situación advertida por los registros en el libro de novedades del control vehicular de Raco. Según consta en el registro, Di Lella pasó por el puesto caminero a las 22:45 y Sánchez a las 23:35. A la 01:10 el comisario retirado emprendió la vuelta a Capital y el ex funcionario alperovichista permaneció en el lugar.

“La reunión no era en la casa de Di Lella, era en club de veraneantes. No conocía el lugar, así que fuimos hasta la Comisaría del lugar para que nos indiquen”, recordó Sánchez, que dijo haber asistido al evento junto a su esposa y su hija. No recuerda si el encuentro era por la finalización de algún programa de verano o porque terminaban las actividades de Carnaval.

El ex jefe de Policía afirmó no haber estado sentado junto al ex secretario porque llegó tarde.


Connivencia estatal

El uniformado retirado descartó de plano una relación con Eduardo Di Lella, Nicolás Barrera y Héctor Brito en pos de concertar acciones para encubrir el crimen. Según declaró, resulta imposible porque en su momento hubo marcadas asperezas entre ellos.

“Sería imposible y mucho menos en aquella época”, indicó. En el caso de Brito, Sánchez recordó que lo había superado en la carrera policial siendo más joven que él, algo mal visto dentro de la fuerza policial. “Situación similar se da con Barrera, ya que durante el careo se pudo notar esa enemistad con ellos por la mala relación que se notó”, aseveró.

En cuanto a Di Lella, el ex jefe explicó que no había una buena relación con Barrera porque el funcionario de gobierno tenía intenciones de promover a otra persona para el cargo de subcomisario, pero que terminó prosperando el pedido del ex ministro de Seguridad Pablo Baillo, que lo terminó ungiendo como segundo al mando.

“Para aquel entonces no era posible porque, en lugar de ser una relación amigable, era fría y distante”, sentenció.


Ascensos y nombramientos

Sánchez descartó que los nombramientos hayan sido producto de una discrecionalidad teledirigida a quienes habían participado del operativo durante el hallazgo del cuerpo, acusados de actuar conforme a maniobras de encubrimiento. Por el contrario, asegura que la política de gobierno siempre fue la misma.

Sobre Enrique García, el ascenso más polémico que se registró antes de la elevación a juicio de la causa, el ex jefe aclaró que la decisión no pasó por él, sino por el Ministerio de Seguridad que, al momento de promover al actualmente condenado uniformado, dependía de Mario López Herrera. “Es una facultad privativa del ministerio”, dijo. También explicó que la situación de García es netamente una cuestión administrativa, producto de un proceso penal paralizado y un reclamo legal que tuvo efecto cuatro años después.

La querella le consultó si podría haber hecho alguna observación al momento de elevar el listado de ascensos en el que figuraba el condenado García, indicó que López Herrera tenía conocimiento y que fue el funcionario quien ordenó y autorizó la promoción con la promesa de aplicar una “sanción ejemplificadora” luego de que se resolviera su causa penal.

En cuanto a su nombramiento en la Secretaría de la Gobernación junto a Nicolás Barrera, aclaró que fue una relación laboral que no duró más de seis o siete meses y que su trabajo estaba abocado a analizar la seguridad y medidas de prevención en las rutas, en conjunto con la Dirección de Vialidad. “El trabajo se cortó con la detención de Barrera y a ambos nos rescinden el contrato”, recordó.

Para Sánchez su nombramiento y el de su ex jefe no fue direccionado y exclusivo, ya que recuerda que la misma situación se dio con al menos tres ex jefes y que inclusive el ex ministro López Herrera fue contratado por el Poder Ejecutivo, al igual que algunos de sus familiares. “Todo demuestra que no fue direccionado, exclusivo y único”, concluyó.