Top

La increíble historia del prodigio tucumano campeón con sus robots

ORGULLO DE ACÁ

David Quinteros se coronó en Bahía Blanca por primera vez como el mejor en el certamen más importante del país

David Quinteros es un referente para sus compañeros en el Anacleto Tobar.





David Quinteros tenía 4 años cuando una tarde de Concepción desarmó un autito de carreras, le sacó el motor, le pegó un palito de helado como hélice y se lo llevó al abuelo: "Mirá, abu, hice un ventiladorcito". Hoy David tiene 17 años, y es el primer tucumano en coronarse campeón nacional en robótica. En el medio, una historia de película.    

"Desde que era chico desarmaba mis juguetes, iba probando, traveseando los cables, armando ventiladorcitos. Siempre quise saber cómo funciona todo. Hice hasta primer año de la secundaria en el colegio San Francisco, pero ya no me gustaba y me cambié al Anacleto Tobar: ahí tomó forma mi pasión, empecé a construir robots y armamos un club de robótica", cuenta el prodigio de Villa Alem.

¿Cómo es la vida de un adolescente capo en robots? "Es súper normal, tiene sus amigos, no es extrovertido. Eso sí, le gusta estudiar y no le gusta salir a bailar ni tomar alcohol", explica Willy Quinteros, su papá, que se rompe el lomo arreglando aires acondicionados hasta la madrugada para acompañar el sueño de su hijo y comprar las herramientas necesarias para crear.

"En tres años el Ministerio de Educación nunca nos ayudó. Me dieron un diploma. Me llevaron a Casa de Gobierno, nos sacamos fotos, di charlas en el Cidep, organicé su club de robótica, pero después no tenemos noticias", cuenta David, quien llevó tres robots a Bahía Blanca: Kálix salió campeón y Exhaust subcampeón en la categoría Velocista, y Ronin fue segundo en Sumo.

¿Cómo llevó a sus robots nuestro héroe tucumano? "Nos habían prometido los pasajes, no nos lo dieron, y mi profesor puso el auto. Viajamos dos profesores y dos alumnos en el auto 20 horas sin saber cómo llegar a Bahía Blanca, sólo guiándonos con el GPS. Llevamos plata para el combustible y para la comida. Parábamos en las estaciones de servicio para comer y preguntar si íbamos bien. Llevé los robots en una valija cubiertos de goma espuma".    

Pasado el periplo, David explica que se consagró como el primer tucumano en salir campeón nacional de robótica gracias a la programación y al diseño: "Los robots son autónomos. La clave fue armarlos con el diseño completo, con una placa con todas las cosas encima. Así pesaron menos y fueron más veloces".

Cuando David duda, los profesores Vázquez, Juárez y Gambino lo animan y desde Tecnológica ya se encargaron de pedirles a los padres que no lo dejen irse del país. "Está la posibilidad de hacer mi carrera universitaria en Nueva York. Ya veremos cómo se van dando las cosas". Señores, pónganse las pilas. David vuela. No lo dejen emigrar.