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Conocé a Lupe, la primera perra guía de Tucumán

Historias de acá

La diabetes privó de la visión a René Font, quien decidió tomar un avión para buscar a una compañera muy especial que lo ayuda a movilizarse con libertad y a redescubrir la vida.




“Venga, nena”; “Suba, nena”; “Bien, nena”. Así le habla René Font a Lupe, su perra guía. Juntos formaron un equipo en donde el respeto, la solidaridad y el cariño son la base del vínculo que comenzó un año y medio atrás, cuando este comerciante tucumano tomó un avión rumbo a Colombia determinado a regalarse la posibilidad de vivir con la mayor libertad posible luego de que una retinopatía diabética lo deje sin visión. 

Hace seis años, René comenzó una nueva vida en apenas tres días. Los médicos le informaron que no había nada que ellos pudieran hacer para contrarrestar los avances de la enfermedad. Los caminos a tomar eran la resignación o la resiliencia. Eligió la segunda opción luego de un par de semanas de “reestructuración mental” para afrontar una situación que llegó sin preaviso. “Comencé una búsqueda interna para descubrir el mundo de los ciegos y hasta el día de hoy todos los días encuentro algo nuevo. Se desarrollan cosas que uno ni piensa que las tiene, porque están muy guardadas”, reflexiona para dar cuenta que la vida quita, pero también da. 

El primer paso para René fue aprender a manejar el bastón para movilizarse por el barrio, el centro y el colectivo. Pero una vez que comenzó a sentirse confiado para desplazarse, volvió la incertidumbre: “¿Acá termina todo esto?”, se preguntó un día el taficeño que comparte su hogar en el barrio UTA con su esposa Paula (53) y sus hijas Florencia (22) y Agostina (21). “Creía que no, que no terminaba todo ahí, no me parecía ni suficiente ni justo para mí, sentía que quería algo diferente”, razonó. Ese, sin saberlo, fue el primer acercamiento a Lupe, que estaba formándose a miles de kilómetros de distancia.

La búsqueda comenzó en Internet, donde el tucumano comprobó que, por los altos costos, un perro guía es inaccesible en la Argentina. Luego, rastreó más allá de las fronteras y Estados Unidos apareció como una alternativa viable desde lo económico pero dificultosa en lo relativo al idioma: René quería que su perro guía hable su mismo idioma desde el día cero. Finalmente, cuando conoció a la fundación "Vishnú Del Cypres  que le ofrecía todo lo que buscaba en un solo lugar, no dudó en enviar las solicitudes y en pasar por las evaluaciones, incluida una psicológica. Habiendo pasado satisfactoriamente por todas estas instancias previas, René tomó un avión rumbo a Bogotá con la expectativa puesta en conocer a su nueva compañera de vida.


Cita a ciegas

“La primera vez que toqué a Lupe, ella me arrimó la nariz al mentón y la sentí húmeda y fría”, recuerda con una sonrisa. “Recién después me dio un beso”, agrega. En ese momento mágico, hubo aplausos por parte del entrenador porque el encuentro de esos dos mundos no fue fácil. Contrariamente a lo que se suele creer, el perro guía es quien elige a su compañero ciego para asistirlo durante los próximos años. Pura empatía.

“Éramos siete personas y siete perros. En un momento, todos los perros eligieron a su ciego pero yo seguía solo, porque Lupe estaba jugando en el descampado”, dice mientras le acaricia la cabeza en señal de agradecimiento porque una vez que lo eligió, nunca más lo abandonó. “En un año y medio, solamente nos separamos una vez", ratifica el taficeño orgulloso de ese vínculo que supo construir día a día y que tiene hasta su propia página de Facebook.

“Siempre digo que Lupe son los ojos por los cuales mira mi alma. También significa desplazamiento y una entrega total, porque aunque esté en estado de mascota, sigue al lado mío, no se separa nunca de mí por más que no estemos trabajando. Lupe me ha hecho conocer una parte que yo no sabía que existía de mi condición humana”, sintetiza. 



Un presente perpetuo

Los perros guías se forman desde cachorros en la fundación Vishnú Del Cypres. Durante los primeros meses de vida, los recibe una familia adoptiva en donde hay niños que los ayudan a forjar su carácter. Luego, pasan a otra familia de adultos, en donde conocen los principales límites, como los horarios para salir, que no pidan comida en la mesa o que no se suban al sillón. Una vez que esa etapa fue completada, los perros vuelven a la Fundación, donde comienza el entrenamiento y los desafíos como guía de personas ciegas. Allí, los entrenadores les enseñan desde cruzar una calle hasta esquivar un cable o subir a un colectivo. También, a identificar sus horarios como mascota y como perro de trabajo, donde no puede distraerse de su función. Recién entonces, está listo para ser adoptado por una persona no vidente para adaptarse a su vida diaria por siete años. 

Una vez que los perros guías cumplen con sus años de trabajo, el dueño tiene dos opciones: enviarlo nuevamente a Colombia para que descanse en un asilo o permanecer como mascota junto a su amigo ciego. En este sentido, René no duda: Lupe se queda con él. “Desde hace un año y medio que estamos juntos pero para mí este tiempo pasó volando. Por eso, hay veces que no puedo dormir pensando en qué pasará cuando se retire Lupe porque la verdad es que si se enferma o le pasa algo, yo me quedo ciego. Para mí es todo, más allá de su trabajo como guía, Lupe para mí significa responsabilidad y un motivo para levantarme cada mañana”, sostiene con la intención de que cada vez sean más los guías que asistan a no videntes tucumanos. 

Lupe me enseñó muchas cosas, entre otras cosas, a vivir el presente. Para ella, no hay pasado ni futuro, tampoco rencores”, apunta. “Mi vida ha cambiado tanto que para mí es muy valioso levantarme y sentir el aire en la cara. Al sol más que verlo, hay que sentirlo y lo mismo sucede con muchas otras cosas. Ahora, entre mis nuevas prioridades también está demostrar a la gente que usa bastón, que hay una alternativa, que no tengan miedo. Se puede andar por todas partes, de una manera más flexible, y en este sentido Tucumán nos ha recibido bien porque un perro guía adónde va despierta ternura”. 

Para muestra, sólo basta conocer a Lupe: