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"¡Qué noche, Tucumán!"

PROMOCIÓN TURÍSTICA

El jueves por la noche, el Ente Tucumán Turismo cerró a lo grande su participación en el Espacio Clarín de Mar del Plata. Teté Coustarot condujo el espectáculo que ofrecieron a más de 300 turistas en Mar del Plata. Topa, el Ballet El Arriero, Pablo Pacífico y Leandro Robin fueron los encargados de animar al público.





Tucumán sonó fuerte en Mar del Plata el último jueves por la noche. En el marco de la promoción turística de la provincia que realiza el Ente Tucumán Turismo en los principales puntos turísticos nacionales, destacados artistas locales deleitaron a turistas de todo el país en el Espacio Clarín, un escenario cultural en pleno centro de La Feliz.

El espectáculo comenzó pasadas las 17 con Topa. El animador infantil que supo saltar a la fama en Disney Channel hizo cantar a unos 200 pequeños que lo esperaban desde temprano. Grandes y chicos corearon algunos de sus canciones más conocidas arriba de las sillas, en andas, saltando; nadie quería perderse el show.



La conductora Teté Coustarot fue la encargada de llevar los hilos del evento. Conoce Tucumán a fondo, ya que es la encargada de mostrar sus maravillas al país en el programa televisivo Tuc 200 años de historia, que se emite por la señal América 24 todas las semanas. Pidió al público presente, unas 300 personas ─entre marplatenses y turistas de todas las provincias─ emular su famosa frase "¡qué noche, teté!", pero con una particularidad: esta vez, la gente exclamó al unísono "¡qué noche, Tucumán!"



Una delegación de bailarines tucumanos ─algunos miembros del Ballet El Arriero, que brilló años atrás en ShowMatch y Talento Argentino─ mostró una performance de malambo sincronizado; zapateos y fantasía de bombo que generaron la explosión del público. El momento más emocionante de la presentación se dio cuando uno de los jóvenes entró con las boleadoras. Al compás de los bombos, las bolas aterrizaban en el piso de madera y volvían a despegar entre tiempos y azotes al cuero de los tambores, maniobrados con la boca por el intrépido gaucho de la era moderna.



A continuación, Pablo Pacífico ─fundador de Peces Gordos─ revivió la década del 50 con los clásicos de Frank Sinatra. El público mayor que asistió al evento aplaudió y coreó cada una de las piezas musicales que forman parte del salón de la fama de los hits de todos los tiempos.



El sabor más emblemático de la provincia también estuvo presente en la cita. Tres campeonas de la empanada deleitaron al público con las auténticas empanadas de Famaillá.  Cristina Rojas (2008), Ana Rivadero (2015) y Valeria Velázquez (2015) dejaron a marplatenses y turistas de todo el país pidiendo más. El público se abalanzaba, Teté tuvo que pedir orden. El aroma único e inconfundible se hacía agua en la boca. Se repartieron 1.500 unidades, que llevaron cocinar dos días.



El encargado de cerrar el espectáculo fue Leandro Robin, que llegó a Mar del Plata en su chata en medio de una gira gasolera por el interior del país. El folclorista que se ganó la simpatía del país luego de su participación en Gran Hermano, exhibió todo su talento y energía con una performance que incluyó zambas y cuecas que hicieron bailar al público y hasta al elenco del Ballet El Arriero.



La brisa marina de La Feliz tuvo aroma y sabor tucumano, y permanecerá allí hasta el 29 de enero con distintas acciones promocionales en balnearios y eventos al aire libre. El tráiler 360° partirá después de eso a Villa Gesell para seguir cautivando a los viajeros con el verde de las yungas y las montañas imponentes.


Sorteos y campeonatos de truco

La presencia del Ente Tucumán Turismo se extendió a uno de los parajes más buscados de la temporada en Mar del Plata: Baquero, a 14 minutos del puerto marplatense. Allí promotoras contagian la tucumanidad y hacen participar a la gente de distintos juegos a cambio de premios que incluyen gorras, bolsos conservadoras y cartas de truco con motivos provinciales.



La vegetación se mezcla con el mar y bandas nacionales se presentan todas las tardes en un mega escenario. También hay paradores para sentarse y tomar algo con el sonido del oleaje de fondo; un lugar para todos los gustos.