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¿Cómo pensar las políticas públicas en la actualidad?

Opinión

El abogado Julio Picabea (h) analiza en esta columna de opinión las problemáticas que afectan a América Latina y un posible abordaje desde la realidad argentina.

Para romper el núcleo duro de la pobreza son necesarias políticas públicas que trasciendan los gobiernos. Imagen Wikipedia.


Las tres problemáticas más relevantes que afectan a Latinoamérica en la actualidad son: la desigualdad social; la baja calidad democrática; y la falta de desarrollo económico. Nuestro país no se encuentra exento de ninguna de estas. Quiénes tienen a su cargo la formulación de políticas públicas en cualquiera de los diferentes órdenes de gobierno no pueden pasar por alto dicha información. Es menester hoy entender la necesidad e importancia del “dato empírico” para pensar políticas públicas eficaces. El punto de partida debe ser: políticas públicas basadas en la evidencia.

La desigualdad social es sin lugar a dudas la problemática social más relevante que azota a la Argentina. Está expresada por la falta de oportunidades de progreso de un amplio sector de la población: “los invisibles”, en términos del especialista en políticas sociales, Daniel Arroyo. Esta problemática, cuya aparición en nuestro país se remonta a la década de 1970, denota claramente un déficit en materia de política pública en los últimos años, ya que, como está a la vista de todos, ha ido in crescendo. Creció con las políticas económicas de corte neoliberal de la década del 90, y aumento también con el estatismo exacerbado de los Kirchner.

¿Cómo debemos pensar las políticas públicas actualmente en Argentina? Claramente la problemática de la desigualdad social nos impone un criterio fundamental del que no se puede prescindir a la hora de pensar una política pública: la equidad. Las actuales políticas públicas deben propender a lograr la movilidad social ascendente, mediante la generación de oportunidades de progreso del amplísimo abanico de pobres que viven en nuestro país (según la última medición del INDEC en Argentina 28,6 % de personas viven en situación de pobreza: algo así como 11.000.000 de argentinos). 

Pero además de la equidad, se debe pensar en políticas públicas que gocen de los caracteres de transversalidad (o visión sistémica) y estabilidad. Una política transversal es aquella que busca atacar de manera conjunta diferentes problemas públicos, como por ejemplo el déficit educacional y el desempleo. Esto implica planificación y un pensamiento coordinado de las políticas en la arena estatal. En lo que respecta a la estabilidad, tratar de acordar puntos de partida, o consenso básicos sobre las problemáticas sociales más urgentes. Ello requerirá de madurez política por parte de los diferentes actores con capacidad de incidir en la agenda pública: burocracia estatal, partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales, empresariado y medios de prensa. Una especie de Pacto de La Moncloa. Esto nos permitirá pensar políticas públicas con una horizontalidad temporal amplia y que trasciendan a los cambios de gobierno. Las comúnmente denominadas políticas de estado. Algo difícil de imaginar hoy en nuestro país, pero sumamente necesario.

El resultado o impacto de la política pública es lo que se denomina “valor público”; es el eslabón final de la cadena de producción de una política pública. Se lo puede definir como el cambio que se produce en una variable social, como la reducción de la tasa de desempleo. Decimos que una política pública es eficaz cuando mayor es el grado de acercamiento al resultado deseado. Para ello, y aquí retomo lo dicho en la introducción, es fundamental la evidencia empírica. Debemos comenzar a pensar las políticas basándonos en la evidencia.

Julio A. Picabea es Maestrando en Políticas Públicas de la Universidad Austral y presidente de la Fundación Tucumán Propone.