Klemm presenta su nuevo sonido y toca las fibras íntimas del pop

Federico Carlorosi es el líder de Klemm y, acompañado por Matías Monk, abre su casa-estudio en avenida Roca al 200. En la esquina hay ruido de videopókers y tragamonedas; aquí al lado, de taller mecánico y tornos. Ya puertas adentro de la residencia, entre sintetizadores, guitarras y libros de los Pixies, aquí, jura Klemm, está el nuevo sonido. "Tocamos el viernes. Vamos a presentar buenas canciones y un sonido que nunca antes la banda tuvo. Estamos contentos".

Hacen 37° en los límites de barrio Sur y la casa-estudio tiene pileta al fondo. De short y remeras, Carlorosi y Monk están listos para zambullirse como lo harán este viernes 22 de diciembre, pasada la medianoche, en Music Magic Box (Colombres 427), una fecha que marca el regreso a los escenarios de la banda ícono del pop tucumano después de dos años de trabajo en silencio.

Federico enciende las luces del estudio, baja la música de Los Galos, destapa una Imperial Ipa, fría e intensa, la prueba y asiente: "Así estamos, más maduros, como músicos y como personas. Yo también estoy más asentado en Tucumán, creo que por eso las canciones son más terrenales. De hecho, la fecha del viernes marca la continuidad de un proceso serio para Klemm. Estamos perfeccionándonos para hacer todo lo mejor posible, para que nuestro sonido se expanda".

En honor al mítico artista plástico con cámara y formato kitsch, Klemm se inicia en el 2000, en sintonía con los albores del pop tucumano. "Todo empezó por mi necesidad de hacer canciones y por la influencia de haber conocido y trabajado con Leo García. Con Diego Bravo y el Chueco Ferrer formamos el trío inicial y empezamos a desarrollar una carrera de 10 años en Buenos Aires, con distintos formatos y variando mucho de géneros. En esos 10 años trabajé con la elite musical: Pablo Lescano, Ricky Maravilla, Juliana Gatas, Rudy Martínez, Mario Breuer, Leo García, Adrián Burgos, Gustavo Ceratti. Sin haberlos conocido no hubiera salido todo lo que pasó después".

El primer EP de Klemm se llamó Primeras Impresiones, el segundo tomó Vuelo (electrónico, 2005), en 2007 el más rockero Cómo pasa el tiempo, y un trabajo más pop en 2009 Salir, pasear; en paralelo con Desquiciado ladrón, por Mamushka. Y es en 2012 cuando irrumpe Matías Monk, un malevo más afín al rock que también abrió las puertas de esta casa-estudio y no se fue más: "Cuando Fede volvió de Buenos Aires, armó un ciclo en Charleston, Los Jueves Únicos. Fui a tocar con Plan Empresa, Truman y Klemm. Aquí mismo, en El Piletazo, en DomingOcio, pegamos buena onda, y empezamos a trabajar juntos y sacamos, en 2013, El futuro, un pasado que presente fue. Ese disco fue el final de una búsqueda musical que me puso en un lugar más pop, me abrió puertas, visiones y sensaciones de una música mucho más estilizada que el rock". 

Klemm protagoniza la irrupción, explosión y migración del pop tucumano: "Esa migración de artistas como Diosque, Luciana Tagliapietra, o todo lo que fue Brillovox, dejó un vacío en Tucumán. Irse a Buenos Aires formó parte de una conquista, de la cruzada del pop tucumano. Sí quedó todo un contexto, un marco, la base, los cimientos. Pero lo que no hay actualmente es una escena. Tal vez somos nosotros quienes la volvamos a ocupar, pero nuestra prioridad está puesta en la búsqueda musical y estética". A las palabras de Federico, agrega Matías: "La intención es expandirse, y abrirse a las nuevas generaciones de músicos. No somos viejos, pero hemos tocado mucho, sabemos que hay mucho potencial y lo importante es generar una empatía con las bandas".

A punto de terminar la segunda cerveza del encuentro y con la pileta en el fondo, Carlorosi se asume: "Pensando desde los cimientos del pop tucumano, hay gente que piensa a Klemm como una banda de culto. Tal vez lo seamos. Los Chicles no están en actividad, pero Patricio García sí; Estación está en actividad, y nosotros estamos en una nueva etapa. En mayo queremos presentar nuestro nuevo trabajo, Corazón. Tenemos canciones muy buenas y este viernes vamos a tocar temas de los discos anteriores. A la lista se sumarán las canciones nuevas con el desafío de siempre: contar un universo en tres minutos, lo que dura una canción". 

A Carlorossi (voz y guitarra) y Monk (guitarra), se suman Gus Lezcano (percusión), Emmanuel Diez (batería), Chino Vega (bajo) y Lucas Anís (sintetizador). "Somos seis músicos y sentimos una gran energía cuando tocamos. Somos amigos. Nos llevamos bien. Eso queremos traducirlo en el escenario este viernes. Es el momento ideal. El pop vive un momento de transición y sabemos que tenemos todo para aprovechar esta etapa, para enlazar cosas y generar un nexo con otras generaciones y otros artistas. Estamos para hacer buenas nuevas canciones. Para eso estamos".