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Educación Sexual Integral, una materia pendiente en escuelas y colegios tucumanos

Debate abierto

Especialistas coinciden en que los mitos, los prejuicios y las creencias religiosas inciden en la falta de información con la que cuentan los niños, niñas y adolescentes. Las estadísticas indican que el 60% de los jóvenes no utiliza ningún método anticonceptivo en el inicio de sus relaciones sexuales.

Un audio viral puso sobre el tapete los mitos y prejuicios sobre la sexualidad de los adolescentes en Tucumán.





Aunque la Ley 26.510 de Educación Sexual Integral fue sancionada en el año 2006 en el Congreso de la Nación, su implementación en las escuelas y colegios de Tucumán aún es una materia pendiente. Múltiples factores culturales –vinculado sobre todo a prejuicios, mitos y creencias religiosas- obstaculizan su plena aplicación en el ámbito educativo provincial sin reparar en el perjuicio ocasionado al vulnerar los derechos de niños, niñas y adolescentes que finalmente encuentran la información negada en fuentes menos seguras, como el grupo de amigos, los medios de comunicación o Internet. 

El primer artículo de la normativa establece que "todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada". Esto quiere decir que las escuelas o colegios son los encargados de brindar información científicamente comprobada, independientemente del sector social al que pertenezcan o la religión que profesen sus estudiantes.  

“Nosotros tenemos toda una historia vinculada a una serie de mitos y de prejuicios de raigambre religiosa muy inserta en nuestra socio cultura. Es fácil hablar de sexualidad en términos de broma, haciendo chistes, viendo en televisión novelas o programas en donde el erotismo está 'a full' pero, sin embargo, cuando queremos desarrollar un tema de educación sexual en una institución educativa, -sobre todo religiosa-, comienzan a aparecer los problemas”, sostuvo Amelia del Sueldo Padilla, presidenta de la Sociedad Argentina de Sexología (SAS).      

La profesional tucumana analizó que “esto tiene que ver con nuestra historia: de la sexualidad no se habla; por eso es tan difícil incorporar a la currícula la Educación Sexual Integral”. En este sentido remarcó que se hace necesario preguntar cuánto se está haciendo para su efectiva implementación, si se han visto resultados diferentes desde 2006 o si disminuyeron los embarazos adolescentes, entre otras cuestiones. 

“Desgraciadamente, no hay una efectiva implementación a nivel institucional educativo. En el sector de la  Salud los adolescentes tienen acceso a los métodos anticonceptivos pero está faltando el aporte que tiene para hacer Educación, con quien tenemos que trabajar mancomunadamente, haciendo hincapié en el cuidado que tienen que tener los chicos en el inicio de sus relaciones sexuales coitales”, aseveró la médica sexóloga, quien se desempeña en el ámbito público y privado brindado capacitaciones a docentes.

La misma línea de razonamiento siguió la ginecóloga infanto-juvenil Fabiana Reina, quien insistió en la necesidad de brindarles herramientas a los niños, niñas y adolescentes para que –llegado el caso-, sepan cómo cuidarse para prevenir un embarazo o enfermedades de transmisión sexual. 

“El problema más grande que enfrentamos los padres es la poca información que nosotros mismos recibimos sobre Educación Sexual, entonces tampoco estamos capacitados para educar a nuestros hijos en sexualidad”, puntualizó y defendió la implementación de la Ley, independientemente de la situación particular de cada escuela. 

“Es una herramienta fantástica que no sólo les va a servir a los chicos para tener una sexualidad protegida sino también a los propios padres”, argumentó. La profesional llamó la atención sobre los altos índices de embarazo adolescente que se registran en la Argentina y al 60% de jóvenes que no utilizan ningún método anticonceptivo en su iniciación sexual


El embarazo adolescente en números

El último informe “Estado de la situación de la niñez y la adolescencia”, presentado por UNICEF a principios de este año reveló que "los nacimientos de madres adolescentes representan en la actualidad el 15% del conjunto de nacimientos que se registran en el país, valor que se ha mantenido relativamente estable en las últimas décadas". Se trata de unos 117.000 nacimientos anuales; de los cuales 3.000 corresponden a madres menores de 15 años

La problemática "tiene una profunda gravedad no sólo desde la perspectiva de la propia 'niña madre' y su hijo o hija, sino también desde la perspectiva sanitaria, social, legal y jurídica por las consecuencias e implicancias de un embarazo a tan temprana edad". La situación empeora, en términos de brechas y desigualdades, si se analiza la información de las provincias: en 2014 el porcentaje de nacimientos de madres adolescentes entre 15 a 19 años en las provincias del Chaco, Formosa y Misiones llegó a casi el 25%; mientras que en Ciudad de Buenos Aires alcanza a menos del 8%. Esto viene a demostrar otro mito de la Educación Sexual: la información brindada en tiempo y forma, lejos de anticipar el inicio de las relaciones sexuales, las retrasa y genera beneficios en términos educativos y sanitarios. 

La evidencia disponible muestra, además, que una gran parte de los embarazos en la adolescencia son no planificados; el 60,8% de los registrados en 2013 en el Sistema Informático Perinatal, según el informe de gestión 2015 elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación. Asimismo, solamente el 43% de las mujeres y 28% de los varones adolescentes tienen acceso gratuito a los métodos anticonceptivos que utilizan (Ministerio de Salud de la Nación, 2013).

Pese a los esfuerzos realizados desde eltucumano.com para conocer las cifras que maneja el Ministerio de Salud de la Provincia en relación al embarazo adolescente, sólo fue posible obtener evasivas. Profesionales que trabajan en el Sistema Público aseguraron a este diario -ante las reiteradas consultas- que en caso de existir ese porcentaje, no condice con la realidad que se vive a diario en Hospitales y CAPS. Aún así, ni siquiera los agentes tienen acceso a los datos considerados "sensibles".  

Lo cierto es que la falta de datos no permite tener una real dimensión del problema para actuar en consecuencia. La ausencia de información que impera, por otro lado, es uno de los factores que impide que la situación se revierta. Así las cosas, de no mediar la educación y los recursos necesarios, la hija de una mamá adolescente tiene altas probabilidades de tener un bebé a edad temprana.

"Cuando la adolescente se embaraza porque así lo desea, es maravilloso. Ahora, si la adolescente se embaraza porque el compañero la presionó, porque hay una presión del grupo a tener relaciones sexuales o porque es de alguna manera es lo único que siente suyo, es terrible. Por eso decimos que el embarazo adolescente no es de una chica que se embaraza; es de toda una sociedad que se embaraza", concluyó Del Sueldo Padilla.