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El Luis, también denunciado con los tickets de Luque

Opinión

El nuevo método de denuncia liviana de los políticos se ha vuelto un chiste. En plena elección, cualquier foto se vuelve una denuncia. De un lado y del otro, los operadores buscan ruido, sin profundidad en muchas de sus declaraciones. Se burlan del sistema democrático para sus fines partidarios.


Se ha vuelto chiste una nueva moda de denuncia liviana, popularizada entre los políticos y sus operadores.

La metodología consiste en publicar, en las redes sociales, una foto que incluya un ticket de supermercado junto al voto de alguno de sus adversarios y tomar esto como prueba de clientelismo.

El método es burdo y sencillo, pero al parecer efectivo. Lo están usando los dirigentes de distintos partidos. Y la moda del ticket junto al candidato, también se volvió broma entre los votantes. 

Sería una inocencia negar que existen las prácticas clientelares, pero para denunciarlas los políticos cada vez utilizan argumentos más livianos.

En estos días, cualquier foto se vuelve una denuncia.

No les importa si es verdad, si es mentira. No le importan los ciudadanos que caen en estas prácticas: les importa denunciar, usar el verbo en potencial “así estarían comprando votos”, salir en los medios.

¿Investigar el clientelismo? ¿para qué?: acusar es más efectivo. Maratón de denuncias, circo y humo en las redes: la poliquitería a la orden del día electoral.

Algunos habrán preguntado antes de publicar. Pero ante la duda, el político retuitea, llama a los periodistas, alardea. Aprovecha que alguien dijo algo, que alguien publicó algo y lo difunde. Otros, lo peor de lo peor, las arman. 

No sean así; contribuyan ustedes también a la verdad.

Fundamenten, investiguen, sean profundos con sus denuncias. No le quiten el valor a esa herramienta, por favor. No sean ustedes los primeros que se burlen de este sistema democrático para sus fines partidarios.

Durante las PASO, hubo 63 denuncias en la Fiscalía Federal Número 1; todas fueron desestimadas. Ah, pero lindo lío armaron ese día. Los de un lado y los del otro.  

En un terreno ensuciado, los ciudadanos quedan en el medio, muchos aún les creen, pero todos los días suman un incrédulo. Y eso para quienes pensamos que la Democracia la construimos todos los días, es un retroceso.