Tres películas para ver en el festival "Gerardo Vallejo"

El 12° Festival Tucumán Cine “Gerardo Vallejo” está llegando a su fin. En los últimos días de proyecciones compartimos las reseñas que realizó Florencia Madrid, especialista en cine, sobre  tres de las 13 películas que se encuentran en competencia.

Cuando las injusticias sociales, el abuso de poder y la corrupción superan la ficción, en este caso la de "El amparo", algo movilizante sucede en nosotros.

El relato se desarrolla en la frontera entre Venezuela y Colombia, en la que 16 hombres salieron a pescar al Caño La Colorada, de los cuáles 14 fueron asesinados a sangre fría por Gendarmería Nacional. Y sólo dos de ellos sobrevivieron.

Una lancha nos guía en una ambiente de calor, plagas, un río que todo se lo traga y una historia transitoria entre personajes secundarios que van a denotar la condición apabullada en la cual nos vemos los seres humanos ante las injusticias. En medio de gritos a no poder más de los familiares de las víctimas preguntando ¿Dónde están?; Los medios titulan a los pescadores como guerrilleros subversivos, y el estado intenta doblegar la lucha.

Por su parte se puede ver a los dos sobrevivientes; Chumba y Pinilla, como la voz de la resistencia, una suerte de antihéroes sacados de algún cuento del realismo mágico, sin ninguna particularidad, serán los que lograrán dignificarse y dignificarnos a través del Ni olvido ni perdón venezolano.

Fue presentada en la [19] Edición del Bafici en contexto de manifestaciones en defensa del cine nacional debido a los ajustes en el INCAA.

Ahora llega para el FTC, y no con un clima calmo en el sector. Es que los medios de producción del film como el de muchos, no se puede dejar de remarcar en tiempos no amigables para el cine nacional. Ahora bien, tampoco se puede dejar de hablar de la grata recepción de los espectadores Tucumanos, a comparación de la cinefilia porteña. Se escucharon comentarios, risas, silencios, y más risas.

Sin ninguna duda, Cetáceos se trata de una comedia, donde lo desopilante es sugerido desde lo naif de la cotidianeidad y la ingenuidad de los personajes.

Ellos son Clara (Elisa Carricajo) y Alejandro (Rafael Spregelburd), quienes se mudan una nueva casa, aunque sólo vemos a Clara atrapada en un caos de cajas embaladas, llamados de una beca a la que debe ir notificarse, y sobre todo decisiones de su novio que da un giro por completo a su rutina a partir de un viaje a Italia.

Mientras Alejandro está en Bolonia (Un personaje un tanto insoportable), vemos a Clara en la búsqueda de experiencias muy desconocidas de su vida ya construída; Sale de fiesta con una vecina, conoce unos extranjeros, acude a una tienda naturista donde conoce a una profesora de Tai Chi y comienza a tomar clases hasta terminar en un retiro espiritual consumiendose por nuevos hábitos; Fumar, beber miel fermentada, ver una película de Cetáceos, y nadar en piletas circulares hasta llegar al mar.

El relato se desenvuelve con personajes muy particulares. Entre ellos, nombres del teatro independiente; Susana Pampín, Esteban Bigliardi y más.

Si bien la historia trabaja el humor de lo espontáneo, nos abstraemos junto con Clara viajando kilómetros como los Cetáceos y buscando ese algo más.

Y de pronto un accidente.

"Ausencia: Todo episodio de lenguaje que pone en escena la ausencia del ser amado y tiende a transformar esta ausencia en prueba de abandono."

Bruno, de 18 años no se permite sentir placer por un hecho sucedido hace dos años atrás. El acontecimiento que no deja respiro a los personajes, es la muerte de Esteban, su hermano mayor.

Martha, su madre es la única persistente en celebrar el cumpleaños de Esteban. Mientras tanto su hermana no quiere saber nada de estar en casa, el padre se comporta como un ente desde lo sucedido y la ex novia de su hermano ya no quiere ver más a la familia.

Sin embargo, la vuelta de Elisa, una ex novia y la amistad con la hermana de un amigo van a ser los motivos de pensar en otra cosa para Bruno, que incesantemente padece la falta de su hermano.

Entre construcciones modernas en una ciudad inhabitable por tanta violencia; Instantáneas de cámaras lomográficas, un dibujo por día, y huecos con la hermana de su mejor amigo serán la única dispersión del protagonista.

Tiempo sin pulso trata la ausencia y el duelo como es; Como se lo puede transitar. Siendo cada proceso diferente en cada uno de los personajes, ni más ni menos dramático. Dando lugar a la distensión.

Se trata de una ópera prima de Barbara Ochoa (Si, gran presencia de mujeres en el FTC) que permitió a la directora abismarse a tratar los duelos sin caer en la redundancia, las imágenes crueles, y mostrando la ausencia como algo tan tangible como son las heridas abiertas, que a veces sólo se soporta olvidando, para no morir.