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Operadores inconscientes en la Argentinidad

OPINIÓN

Economista y astróloga, Gi Juliano analiza cómo actúa el inconsciente del argentino ante sus referentes sociales.


Del trabajo de investigación "Informe de Argentinidad 2017: la personalidad de los Argentinos", que acaba de publicar la Universidad Siglo 21 surge que el 45% de los argentinos se define con rasgos "narcisistas". De aquí, el 30% señaló que “era muy importante obtener reconocimiento, veneración y admiración”, y el 61% afirmó “no tolerar que me traten como no lo merezco”. Se destacan afirmaciones del tipo “necesito que las personas me presten atención para ser feliz”.
Un país que es mundanamente conocido por sus personalidades destacadas. Somos, consecuentemente, un país armado alrededor de democracias (anti)personalistas. La persona que encarna el liderazgo político en Argentina carga con toda la fuerza de esta proyección narcisista "te admiro, te venero, te elevo y por lo tanto te exijo para que satisfagas todas mis necesidades y anhelos". El mereciómetro de los argentinos es exigente. Alrededor de este mensaje inconsciente, TODAS las propuestas politicas han operado: desde los descamisados hasta la meritocracia, sin escalas.
Estos operadores inconscientes están mostrando su costado más siniestro, la tendencia a elegir liderazgos omnipotentes/personalistas (el gran padre) está sustentada en la idea que usted Señor(a) Presidente haga por mí y por lo míos todo aquello que no quiero/puedo. Entonces, hay un líder omnipotente que nos tiene que coronar en la cima y el resto protegidos de altas expectativas y poca capacidad de realización que habitan en el mundo de la pre-potencia: agitando, vitoreando y condenando implacablemente.
El 54 % de los consultados transmite que "no es seguro confiar en otras personas" y que “si las personas se comportan de manera amistosa es porque están tratando de explotarme”. Esto es la consecuencia obvia de una sociedad armada con pilares en los que es imposible la cooperación y la colaboración entre pares. Todo está mediatizado por un líder/semidios. Debajo de estos líderazgos no crece el pasto.
Además de las grietas, sepamos que este ensueño es una máquina de producir miseria. Toda la potencia que no despliego individualmente, por miedo, va a parar a algún omnipotente que la va a jugar arbitrariamente (la corrupción es un síntoma de esto) y se va a encargar de perpetuar y producir pobres por todos lados. Si alguien amenaza que nos vamos a morir de hambre y no sucede pero nos tiene perpetuados debajo/sobre la línea de subsistencia, sin morir pero sobreviviendo apenas, vamos a decir "qué bueno que no sucedió, voy a votarlo". El miedo es tremendamente eficaz en ese sentido. Al pobre lo perpetúa en la miseria ofreciéndole migajas, y al que no lo es le promete seguridad y acabar con ellos.
Detrás de la línea de miedo está el derrumbe del ídolo, el despliegue de la potencia y de la cooperación. El sistema no puede resolver los problemas que genera y que son funcionales a su finalidad única: concentración y poder. Argentina cumple años. Sólo los libres del mundo responden "¡salud!".
Gi Juliano es astróloga y economista. Volvió a Tucumán en 2015, luego de vivir más de la mitad de su vida en Buenos Aires. Es impulsora de la corriente humanista, un tipo de astrología de constante intercambio con la psicología alternativa.

Del trabajo de investigación "Informe de Argentinidad 2017: la personalidad de los Argentinos", que acaba de publicar la Universidad Siglo 21 surge que el 45% de los argentinos se define con rasgos "narcisistas". De aquí, el 30% señaló que “era muy importante obtener reconocimiento, veneración y admiración”, y el 61% afirmó “no tolerar que me traten como no lo merezco”. Se destacan afirmaciones del tipo “necesito que las personas me presten atención para ser feliz”.

Un país que es mundanamente conocido por sus personalidades destacadas. Somos, consecuentemente, un país armado alrededor de democracias (anti)personalistas. La persona que encarna el liderazgo político en Argentina carga con toda la fuerza de esta proyección narcisista "te admiro, te venero, te elevo y por lo tanto te exijo para que satisfagas todas mis necesidades y anhelos". El mereciómetro de los argentinos es exigente. Alrededor de este mensaje inconsciente, TODAS las propuestas politicas han operado: desde los descamisados hasta la meritocracia, sin escalas.

Estos operadores inconscientes están mostrando su costado más siniestro, la tendencia a elegir liderazgos omnipotentes/personalistas (el gran padre) está sustentada en la idea que usted Señor(a) Presidente haga por mí y por lo míos todo aquello que no quiero/puedo. Entonces, hay un líder omnipotente que nos tiene que coronar en la cima y el resto protegidos de altas expectativas y poca capacidad de realización que habitan en el mundo de la pre-potencia: agitando, vitoreando y condenando implacablemente.

El 54 % de los consultados transmite que "no es seguro confiar en otras personas" y que “si las personas se comportan de manera amistosa es porque están tratando de explotarme”. Esto es la consecuencia obvia de una sociedad armada con pilares en los que es imposible la cooperación y la colaboración entre pares. Todo está mediatizado por un líder/semidios. Debajo de estos líderazgos no crece el pasto.



Además de las grietas, sepamos que este ensueño es una máquina de producir miseria. Toda la potencia que no despliego individualmente, por miedo, va a parar a algún omnipotente que la va a jugar arbitrariamente (la corrupción es un síntoma de esto) y se va a encargar de perpetuar y producir pobres por todos lados. Si alguien amenaza que nos vamos a morir de hambre y no sucede pero nos tiene perpetuados debajo/sobre la línea de subsistencia, sin morir pero sobreviviendo apenas, vamos a decir "qué bueno que no sucedió, voy a votarlo". El miedo es tremendamente eficaz en ese sentido. Al pobre lo perpetúa en la miseria ofreciéndole migajas, y al que no lo es le promete seguridad y acabar con ellos.

Detrás de la línea de miedo está el derrumbe del ídolo, el despliegue de la potencia y de la cooperación. El sistema no puede resolver los problemas que genera y que son funcionales a su finalidad única: concentración y poder.

Argentina cumple años. Sólo los libres del mundo responden "¡salud!".



Gi Juliano es astróloga y economista. Volvió a Tucumán en 2015, luego de vivir más de la mitad de su vida en Buenos Aires. Es impulsora de la corriente humanista, un tipo de astrología de constante intercambio con la psicología alternativa.