¡Queremos vivir con orgullo en una sociedad diversa!

Hoy se celebra el día del orgullo gay en todo el mundo. Celebramos la diversidad porque aún existen muchos lugares del mundo en los que las personas son perseguidas, asesinadas y violentadas en sus derechos humanos, por el sólo hecho de ser parte de alguna de las minorías sexuales.

Según Wikipedia: Esta fiesta tiene lugar el 28 de junio, día en el que se conmemoran los disturbios de Stonewall (Nueva York, EE. UU.) en 1969. Estos hechos marcaron el inicio del movimiento de liberación homosexual. Fue una revuelta que duró tres días de enfrentamientos con la cana, comenta al pie alguna persona en un posteo de Facebook.

La noción básica de esta celebración del orgullo es que nadie debería sentirse mal de lo que es, sea cual sea su sexo o identidad sexoafectiva. Desde un punto de vista lingüístico, el término «orgullo» designa 'el amor propio o la estima que cada persona tiene de sí misma como merecedora de respeto o consideración'. Esta definición transmite la idea de una dignidad intrínseca que todo ser humano posee y que no debe verse afectada por su conducta u orientación sexual.

En alguna época, los homosexuales eran perseguidos con prisión de varios días o de por vida. La homosexualidad era señalada como una enfermedad y una desviación moral. Además se usaba la castración, la lobotomía y la terapia de electrochoques como forma de amedrentamiento y castigo.

En Argentina, luego de años de lucha se consiguió la legalización del matrimonio homosexual y el respeto a la identidad sexual de las personas transexuales y sus derechos (cambio legal de sexo y nombre, tratamientos hormonales o quirúrgicos, etc). Hay muchas otras reivindicaciones por las cuáles luchar y en eso estamos. La discriminación persiste bajo diferentes formas y la comunidad LGTBIQ insiste en su lucha por ampliar derechos. La lucha es continua y extenuante pero continúa con afán y perseverancia. Sin ir más lejos tenemos el caso de Higui, quien fue encarcelada 7 meses tras defenderse del ataque de una horda de hombres que querían violarla. Ella al defenderse del ataque asesinó a uno de ellos, en el episodio. Higui, era maltratada continuamente por ser lesbiana. La justicia la liberó recientemente hasta que se desarrolle el juicio y son muchos los actores y actrices sociales que luchan para librarla de toda culpa, incluyendo al famoso arquero colombiano René Higuita.

Así, mientras algunos luchamos para educar e insertar laboralmente a las personas trans y abogamos por una sociedad más igualitaria y más justa. Otros, como Mauricio Macri elevan proyectos de ley a la cámara de diputados, como el 0010/PE/2017 “de libertad religiosa”, al cual Amnistía Internacional ha criticado duramente. De aprobarse dicho proyecto de ley, estaríamos retrocediendo 100 años en materia de derechos. Dejaríamos de ser un estado laico para convertirnos en un estado pluriconfesional, en perjuicio del estado de derecho de las personas. Un docente podría negarse a impartir una clase sobre la “teoría de la evolución” por encontrarse en pugna con su creencia religiosa, cercenando el derechos de niños, niñas y adolescentes a la educación.

Un docente podría negarse a cumplir con la ley de Educación Sexual Integral. Un juez de paz de un registro civil podría negarse a casar a un matrimonio entre parejas del mismo sexo basándose en principios morales o religiosos, violando el derecho a la igualdad y no discriminación de las personas. Una obra social podría negarse a proveer anticonceptivos aun existiendo una obligación legal para hacerlo y violando los derechos sexuales y reproductivos de jóvenes y adultos. ¡Queremos un estado que amplíe derechos, no uno que los cercene!

¡Queremos amar y ser amados sin distinciones! ¡Queremos trabajos y remuneraciones decentes, como cualquier otro ser humano! ¡Queremos vivir en paz y no ser perseguidos por nuestra orientación afectivo sexual! ¡Queremos un estado que nos proteja! ¡Queremos vivir con orgullo en una sociedad diversa!