A los 79 años, arriba de su motorhome, empieza un viaje por Sudamérica

Sara Vallejo tiene 79 años y en julio empezará un viaje desde Sudamérica hacia donde la lleve el viento, arriba de su motorhome recién comprado.

“Me dicen que estoy loca, pero también saben que no me van a parar”, cuenta la señora de ojos de esmeralda, el cabello canoso y de anteojos colgando del cuello.

Su viaje empezará en Montevideo, Uruguay, ciudad donde su motorhome comprado en Huoston, Estados Unidos, arribará en un barco. “A Argentina no pueden ingresar vehículos usados comprados afuera, así que partiré de ahí”.

Actualmente maneja un Corsa modelo 2010, que venderá días antes de partir. También venderá su casa. “No quiero dejar trabajo a alguien, ni herencia. He visto hermanos pelearse por dos pesos”, dice a eltucumano.com en esta mañana fría pero con sol, mientras toma un café en el centro tucumano.

Sara tiene tres hijos (Guillermo Korstanje, ingenio químico, Fernando Korstanje, realizador audiovisual y Alejandra Korstanje, arqueóloga) tres nietos (Juliana, Fernanda y Mateo) y un bisnieto Agustín, el niño que ilustra el fondo de su celular.

“Si uno supiera con exactitud cuándo se va a morir, podría calcular cuánto va gastar por día y aprovecharlo todo, pero lamentablemente no podemos saberlo”.

Su médico le dijo, esta semana, que el resultado de los análisis están perfectos. Y ella se siente muy bien: “Saben que no me van a detener. Mejor que me extrañen y que no sea un plomo para ellos, como las madres que no dejan vivir a los hijos y los tienen ahí esperando a que se muera”.

Sara vive en Tucumán desde 1970. Llegó desde Buenos Aires con su ex marido, quien había conseguido trabajo en Alpargatas.

A los 44 años empezó a estudiar el profesorado de Inglés. Se recibió y fue docente en el colegio San Patricio, San Juan el Precursor y en la escuela Normal.

Fundó el instituto Yerba Buena Studio en su propia casa, en Yerba Buena. Los estudiantes aprendían el idioma una huerta o en la cocina, por ejemplo. Tiempito después creó Tomo Uno, una librería de textos de Inglés.

En ese mismo lugar, décadas después inauguró un restaurante a puertas cerradas llamado Como en Casa donde, junto a dos amigas, preparaban la cocina que hacían sus madres.

Viajó mucho. Por sudamérica, Europa. Con su marido, sola, con sus hijos. Ya de más grande, hace dos años recorrió la ruta 40 con su hermano, cuatro años menor que ella. “Me dice que la loca soy yo: pero él cruzó la Cordillera de los Andes a caballo hace poquito”.

A los 67 se enamoró perdidamente. Y enviudó ese amor, después de cuatro años maravillosos. “La vida me dio una yapa con él. Lo recuerdo todos los días, pero jamás me vas a ver triste”. Y no se la ve triste. Tiene la dulzura de una abuelita de cuentos y el espíritu libre, viajero, joven; sabio.  

“La amás desde la primera vez que conversás con ella”, dice Soledad Arostegui, quien le hizo fotos para un trabajo sobre la tercera edad y junto a André Brito le colaboraron en la creación facebook del viaje, al que llamó 80 años no son nada.

Durante el viaje, Sara ofrecerá charlas motivacionales para los ancianos de las ciudades que visite. “Iré por donde me lleve el viento. No tengo la más mínima idea por dónde estaré”.

“Si el viaje me presenta un nuevo novio, tendré nuevo novio. Si me presenta un chico para enseñarle a leer y escribir, le enseño”, dice y se va a hacer un trámite a Edet, antes de pasar por el Automóvil Club Argentino a buscar su carnet de manejo internacional. 

Es ella:

Video que realizó Sergio Medina, entrenador motivacional, para su programa.