Convénzansen, la Mila no es pa cualquiera

¿Cómo hace un lugar para festejar algo a lo cual le faltan el respeto constantemente? El hecho de que Buenos Aires festeje hoy el Día de la Milanesa, sería más o menos como pensar que en Tucumán hagamos lo mismo con una paella o platos que son mejor preparados en otros rincones del planeta.

La milanesa es una de las comidas más bastardeadas en Capital y alrededores. La misma, se vende en los quioscos, como quien compra un paquete de cigarros o un caramelo, en una bolsa sellada al vacío. Además, su preparado, comparado con la exquisitez que se sirve en el Jardín de la República, es vergonzoso y lamentable: rebozada, con la hoja de lechuga sin cortar y unas rodajas de tomates que, al calentarse en microonda, tiene un sabor espantoso. Ni que hablar del pan de pebete en donde es consumida.

El Día de la Milanesa comenzó a festejarse hoy en Buenos Aires. Nació por medio de las redes sociales y hoy ya es un hecho. Seguramente, en cuestión de días, comenzarán los grupos que propondrán el Día de la Empanada (de carne molida y con un gusto espantoso), o del locro, o de la humita. Con tal de tomar protagonismo, ya crean cualquier cosa.

En Tucumán, la milanesa es un arte y no una simple comida que pueda ser vendida en cualquier quiosco céntrico. Desde el vamos, la creación del pan sanguchero, en esta parte del país, es una ventaja con la que no cualquiera cuenta. “La mila” es preparada en el momento, la lechuga es prolijamente cortada y un consumidor puede elegir cómo la quiere preparada; no se la imponen. Además, la misma lleva pan rallado, no rebozador, que hace que se pierda el formato típico de la comida.

Desde el rincón del planeta que me toca escribir, repudiamos fuertemente el día de una comida que NO SABEN PREPARAR. Festejemos todos el 16 de marzo, como corresponde, el Día del Sándwich de Milanesa.