Top

Noticia inesperada: Nacen 42 serpientes en la Fundación Miguel Lillo

EN BUENAS MANOS

Provienen de dos madres que llegaron preñadas: una cascabel y una yarará. Se utilizará a las crías para investigar el desarrollo de la especie. Fotos.




Sorpresa inesperada: Nacen 42 serpientes en la Fundación Miguel Lillo
Provienen de dos madres que llegaron preñadas: una cascabel y una yarará. Se utilizará a las crías para investigar el desarrollo de la especie. Fotos.
Esta semana nacieron 42 serpientes en el Instituto de Herpetología de la Fundación Miguel Lillo. Se trata de las crías de una yarará y una cascabel que llegaron preñadas desde el campo y cuyas crías se utilizarán para investigación.
"Siempre que ocurren picaduras de serpientes en el campo o la ciudad, la gente las lleva a los hospitales para determinar la especie y poder dar con el suero antiofídico correcto para el tratamiento. De allí nos llegan a nosotros, porque en la Fundación sabemos cómo mantenerlas", explica Gustavo Scrocchi, especialista en Herpetología, la rama de la biología encargada del estudio de los reptiles.
"Entre las serpientes que teníamos en cautiverio había una yarará que llegó preñada, que la semana pasada tuvo 26 crías, y una cascabel que ayer tuvo 16. Sabíamos que estaban preñadas cuando llegaron porque una de las características de estas serpientes es que tienen crías vivas: la madre las tiene en la panza hasta que nacen. Por ende, en algún momento no tienen más espacio y dejan de comer mientras se van ensanchando, un signo claro", explica el biólogo.
Habitan el instituto diferentes especies de serpientes que se utilizan para investigaciones, charlas o cursos. Entre las más comunes de Tucumán (y de las más venenosas) se encuentran la cascabel y la yarará. Si bien se mantienen allí, es el Instituto de Fisiología investiga las características del veneno para encontrar alternativas al suero tradicional. 
Recomendaciones
"Siempre recomendamos que si ven serpientes que no están causando problemas, que no estén cerca o dentro de una casa, las dejen allí. Si no se las molesta, se van solas. En un gran porcentaje, las mordeduras se deben a que la gente quiere atraparlas y se alteran. En caso de que estén cerca o dentro de una casa, se recomienda agarrarlas con un palo desde lejos, colocarlas en un tacho y llevarlas a la Fundación Miguel Lillo (Miguel Lillo 251). Nunca manejarlas con las manos", recuerda Scrocchi.

Esta semana nacieron 42 serpientes en el Instituto de Herpetología de la Fundación Miguel Lillo. Se trata de las crías de una yarará y una cascabel que llegaron preñadas desde el campo y cuyas crías se utilizarán para investigación.

"Siempre que ocurren picaduras de serpientes en el campo o la ciudad, la gente las lleva a los hospitales para determinar la especie y poder dar con el suero antiofídico correcto para el tratamiento. De allí nos llegan a nosotros, porque en la Fundación sabemos cómo mantenerlas", explica Gustavo Scrocchi, especialista en Herpetología, la rama de la biología encargada del estudio de los reptiles.

"Entre las serpientes que teníamos en cautiverio había una yarará que llegó preñada, que tuvo 26 crías, y una cascabel que ayer tuvo 16. Sabíamos que estaban preñadas cuando llegaron porque una de las características de estas especies es que tienen crías vivas: la madre las tiene en la panza hasta que nacen. Por ende, en algún momento no tienen más espacio y dejan de comer mientras se van ensanchando, un signo claro", explica el biólogo.

Habitan el instituto diferentes especies de serpientes que se utilizan para investigaciones, charlas o cursos. Entre las más comunes de Tucumán (y de las más venenosas) se encuentran la cascabel y la yarará. Si bien se mantienen allí, es el Instituto de Fisiología el encargado de investigar las características del veneno para encontrar alternativas al suero tradicional

Recomendaciones

"Siempre recomendamos que si ven serpientes que no están causando problemas, que no estén cerca o dentro de una casa, las dejen allí. Si no se las molesta, se van solas. En un gran porcentaje, las mordeduras se deben a que la gente quiere atraparlas y se alteran. En caso de que estén cerca o dentro de una casa, se recomienda agarrarlas con un palo desde lejos, colocarlas en un tacho y llevarlas a la Fundación Miguel Lillo (Miguel Lillo 251). Nunca manejarlas con las manos", recuerda Scrocchi.