En estos bares podés tomar una cerveza junto a tu perro

Era una tarde calurosa de domingo. En la Plaza Urquiza había enamorados sentados en los bancos, a los besos, niños que se divertían en los juegos infantiles, jóvenes que andaban en rollers o en patineta y adultos que corrían con el anhelo de quemar grasas corporales. También estaban aquellos que habían sacado a pasear a sus mascotas, entre ellos, Adriana Soria y su hermana Luciana. Por delante de ellas y sujetos a sus correas, caminaban el caniche blanco Thiago y el salchicha marrón Simón. Tras el paseo, las jóvenes fueron al bar ubicado en la esquina frente a la plaza para hacer una pausa y tomar una gaseosa. Cuando se disponían a sentarse en las sillas apostadas en la vereda, uno de los mozos se acercó y les dijo que ellas podían permanecer en el lugar pero sus perros no. “¿Eso quiere decir que nos tenemos que ir?”, preguntó Adriana sorprendida aunque presuponía que la respuesta era afirmativa. Y así fue, no hubo pausa ni refresco esa tarde para Adriana y Luciana ni lugar en el bar para Thiago y Simón.

Para muchos tucumanos las mascotas se han convertido en compañeros fieles e inseparables. Están ahí junto a nosotros cuando salimos a correr, paseamos o vamos a hacer las compras en el almacén del barrio, pero no siempre son bienvenidas. Hay bares en la provincia donde está prohibido el ingreso con animales, pero esa restricción en la mayoría de los casos no se hace de forma explícita y eso suele generar inconvenientes entre aquellos clientes que quieren tomar un café o una cerveza sin prescindir de la compañía de sus mascotas. “Como se trata de un bar que tiene mesas en la vereda y está al frente de una plaza dimos por sentado que se admitían animales. Sería bueno saber de antemano si se puede o no ir con mascotas así uno no pasa un mal momento”, dijo Adriana Soria de 26 años todavía indignada por la circunstancia que le tocó vivir hace un par de domingos.

La mayoría de los bares tucumanos, por no decir todos o casi todos, no cuentan con carteles que indiquen la prohibición de ingresar con mascotas, entonces, suele suceder que los clientes se enteran de esta restricción una vez que ya están sentados; en el momento en que el mozo, cual maestro de la escuela primaria, les hace saber que los animales no pueden estar ahí.

Desde la redacción de el tucumano hicimos un relevamiento de distintos bares para comprobar dónde las mascotas son bienvenidas y dónde no. En todos los casos consultados, la restricción de ingresar con animales a espacios cerrados es total. La cuestión cambia cuando se trata de bares o confiterías que tienen espacio al aire libre o mesas en las veredas. Los establecimientos que están ubicados en los parques suelen admitir la presencia de mascotas, tanto los que están en el Parque 9 de Julio, como en el caso del bar Mirasoles que está en el Parque Avellaneda. “Nosotros no tenemos ningún problema en que los clientes vengan con sus perros, siempre y cuando se mantengan a la par del dueño”, explicó Luciana, una empleada del bar que destacó que muchos de los concurrentes del local suelen ir acompañados de sus mascotas.

En la zona del centro de la ciudad y en Barrio Sur también se encuentran muchos bares y cafés donde los animales son bienvenidos. “Recibimos a los que vienen con sus perros. La condición es que se mantengan quietos y no se suban a las sillas”, destacó Perla Méndez, encargada de Filipo, el bar ubicado en plena Peatonal Mendoza. En otros casos, las mascotas son admitidas, pero con algunas restricciones. Hay bares que permiten que los clientes lleven sus perros siempre y cuando estos no sean de gran tamaño, o bien que no sean bulliciosos. El derecho de admisión se aplica entonces a los más grandotes y ladradores.

Para que no te prives de la celosa compañía de tu perro a la hora de sentarte en un bar a tomar una cerveza o una gaseosa, te brindamos un mapa con algunos de los bares donde tu mascota será bien recibida y no tendrás que sufrir la admonitoria prohibición de los mozos: