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La hora del despegue

ANÁLISIS

Atlético y San Martín, en un momento ideal para dar el salto.


Tras la desaparición de los viejos Torneos Nacionales de Primera División (1985), el fútbol tucumano permaneció la mayor parte del tiempo nadando lejos de la costa en la que se enfocan todos los flashes y micrófonos del deporte nacional.


El fútbol grande, como se le dice, era una fiesta a la que parecíamos no estar invitados.


Dejar de nadar nunca fue una opción, pero los brazos parecían quedarse sin fuerza cada vez que alguno se aproximaba al centro de la escena. El alejamiento era raudo, la alegría fugaz, y las heridas de batalla, sobre todo las económicas, profundas.


San Martín fue el primero en llegar. Volvió de inmediato. Siguió intentando. Lo logró otra vez, y otra vez pegó la vuelta. Atlético parecía estancado, y siempre quedaba nadando en la orilla. El "Santo" se hundió a lo más bajo, estuvo al borde del ahogamiento, pero regresó con más fuerza, y tocó superficie por tercera vez, pero nuevamente le duró lo mismo que el flash que inmortalizó el momento del festejo.


Pasaron más de dos décadas hasta que fue el turno "Decano", pero el resultado fue idéntico.


La sensación era que no estábamos a la altura de la exigencia, y que lo que nuestros vecinos salteños y jujeños habían logrado hacer, era un imposible para los de nuestras tierras.


Se cometieron errores, en la cancha muchos, y afuera muchos más. Se tomaron decisiones incorrectas, el contexto desfavorable siempre pudo más, y el "Fútbol de Primera" era para nosotros un programa que daban los domingos.


Pero eso puede estar a punto de cambiar. Los años de espera en 25 de mayo y Chile valieron la pena y hoy sus hinchas caminan por las nubes.


En Ciudadela lograron sanear una situación financiera que parecía insostenible y ahora se quieren sumar cuánto antes. Hace un rato que vienen logrando resultados y la suerte los empezó a acompañar.


Diego Cagna se perfila como el hombre indicado, sus pergaminos lo avalan y sus antecedentes también. Con Tigre salió del infierno y estuvo discutiendo el ingreso al olimpo hasta en el tiempo extra. Se tomó un descanso, y ahora quiere repetir. El primer paso ya lo dio.


Por si faltaban motivos para soñar, Leandro Gracián llega con su valija llena de talento e inteligencia para hacer de las suyas. Si logra acoplarse al resto de sus compañeros, el equipo dará pelea.


Atlético también superó una crisis severa desde sus finanzas, y ahora tiene una misión especial. Tendrá a su cargo los dos partidos más importantes de la historia del fútbol tucumano. Si resulta derrotado, nada ni nadie le quitará lo valioso de lo logrado. Y si consigue un buen resultado, lo más importante de la historia será lo que llegue a continuación. El desafío es apasionante.


Mientras eso ocurre, deberá estar siempre atento a la nutrición de su promedio, hasta ahora muy bien alimentado. Parece encaminado a lograr una segunda permanencia, pero confiarse puede ser un error que se pagaría muy caro.


Nos cansamos de los años de mirarla de afuera. Aprendimos de las equivocaciones, hicimos bien los deberes, ordenamos los números, y el trabajo empezó a dar sus frutos. Ahora sí, llegó la hora del despegue.