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Piden ayuda para una familia que perdió todo por la tormenta

Solidaridad

Maru Ramos vive con su marido y sus hijos en un asentamiento precario de San Miguel de Tucumán. El viento y la lluvia les llevó anoche lo poco que tenían.




El viento y la lluvia de anoche llevaron todo cuanto encontraron a su paso. En el caso de los barrios más vulnerables de Tucumán, la situación fue mucho más difícil aun porque la falta de infraestructura se topó con la fuerza imbatible de la naturaleza. El asentamiento Francisco I, donde vive María Ramos, no fue la excepción.

“Maru”, como la conocen todos, comparte con su marido y sus tres hijos un techo de plástico sumamente precario que no soportó el embate de la tormenta. Es por eso que los voluntarios del grupo Dar por Dar redoblaron los esfuerzos para pedir donaciones y tiempo a personas con ganas de ayudar a terminar la casa sustentable que están construyendo para que vivan en mejores condiciones.


Bruno Busnelli, uno de los promotores de la iniciativa contó a El Tucumano que desde noviembre de 2016 están trabajando en una vivienda que se va construyendo con ecoladrillos, botellas de vidrio, y chatarra tecnológica. Se trata de un cuarto de material en el que la familia Ramos estará más protegida. A futuro vendrán las ampliaciones.

“Estamos construyendo una casa para que puedan vivir en condiciones, con la tormenta perdieron lo poco que tenían: dos plásticos y tres cañas”, explicó Bruno y pidió ayuda a quienes quieran sumarse como voluntarios a la tareas que ya están proyectadas.

    


“Hay una gran falencia del Estado, por eso proponemos que nos unamos para construir estas viviendas que, además, son amigables con el medioambiente. Lo que pasó anoche también es producto del cambio climático”, explicó. Los interesados en colaborar pueden comunicarse al celular 3815987193 o acercar sus donaciones a Lizondo Borda 356 (altura San Juan al 3.500).

Dar por Dar

El grupo Dar por Dar, encabezado por Sebastián Oyagar, comenzó brindando charlas de concientización en plaza San Martín. Las temáticas que se abordaban en el principal paseo público de barrio Sur eran amplias: desde instalación de termotanques solares y alimentación saludable hasta de permeacultura, un sistema de principios de diseño agrícola y social, político y económico basado en los patrones y las características del ecosistema natural.

La permeacultura, en la que se inscribe Bruno, tiene muchas ramas, entre las que se incluyen el diseño ecológico, el diseño ambiental, la construcción y la gestión integrada de los recursos hídricos, que desarrolla la arquitectura sostenible y los sistemas agrícolas de automantenimiento modelados desde los ecosistemas naturales.


Busnelli se formó en Córdoba y desde hace unos años aplica sus conocimientos en Tucumán, sobre todo en tareas solidarias, como al que encaró a fines de este año a pedido del Grupo Leo del Jardín para darle una vivienda a Maru y a su familia. También trabaja en el cerramiento de una cocina comunitaria La Costanera, que está a cargo de la Fundación Mujeres de la Patria Grande

“La construcción ecológica no es para una élite, la idea es recuperar el agua y plantar árboles para todos. En definitiva, fomentar lo que enseñaban los nativos”, expresó el permeacultor y agregó que “tantos los ricos como los pobres sufren las consecuencias de lo que está pasando” cada vez que la naturaleza se manifiesta. Y lo de anoche, claramente, fue una muestra.