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Durmió en hospitales por miedo a su marido y ahora se irá de la provincia

VIOLENCIA HACIA LA MUJER

Por la relevancia de la causa, el agresor fue puesta en prisión preventiva, pero saldrá en tres meses. La mujer teme que vuelva a agredirla.





Durmió en hospitales por miedo a su marido y ahora se irá de la provincia
Por la relevancia de la causa, el agresor fue puesta en prisión preventiva, pero saldrá en tres meses. La mujer teme que vuelva a agredirla.
J., como se dio a conocer en los medios, tuvo que dormir en hospitales por miedo a que su ex marido la agreda. Debido a la relevancia que tomó el caso apresaron al hombre, pero saldrá en tres meses: es por esto que la mujer prevé irse de Tucumán.
Hace meses, reconoció que tuvo que pasar sus noches en las camas de diferentes hospitales junto a su hijo, porque no tenía dónde dormir resguardada de su agresor. A partir de la mediatización de la causa, la Justicia le dio tres meses de prisión preventiva. 
“Es una injusticia que le dieran tan poco tiempo de prisión después de todo lo que me hizo. ¿Y mi vida? ¿Yo qué hago ahora? Me voy a ir de la provincia. Así no se puede vivir”, expresó la joven, que aún cuenta con una consigna de protección policial, pero eso no le quita el miedo.
J. y su madre tienen previsto viajar durante la primera quincena de enero a otra provincia. Allí las esperarán algunos familiares. “Se enteraron de esto por las noticias y nos llamaron. Nos ofrecieron darnos un techo. Saben que algún día él va a quedar libre y que a esto hay que cortarlo de raíz, no nos queda otra opción”, explicó la madre.
La causa
El caso se conoció en noviembre y fue replicado por medios de todo el país. El acusado, que tenía pedido de detención de la fiscal Adriana Reinoso Cuello, fue atrapado cerca de su casa. Desde ese momento se encuentra tras las rejas.
Según había explicado J. en una entrevista, las agresiones comenzaron en mayo. “Yo había vuelto de vender cosas dulces, que es a lo que me dedicaba. Ahora no puedo salir porque él se esconde en la calle. Ese día sentí una patada en la puerta. Era él. Estaba drogado y borracho. Me insultó y me golpeó”, relató.
La defensa
José del Río, el abogado del acusado, está convencido de que la prisión preventiva fue otorgada por la fuerza que tomó la historia a través de los medios: “Eso generó una presión muy grande en la Justicia”, opinó.
La defensa pidió la excarcelación bajo varios argumentos. “De las 10 denuncias que se realizaron en su contra, casi todas están archivadas. Además, hay un testigo que estuvo el día de la supuesta agresión y dijo que mi cliente jamás apareció por la casa de J. Por último, se lo acusa de tres delitos: amenazas coactivas agravadas por el uso de armas, lesiones leves y desobediencia judicial. Sobre esto, es imposible que se lo acuse por desobediencia por que él no pudo ser notificado, ya que la denunciante dio mal la dirección del domicilio. Esto está probado. Por último, se realizó un allanamiento y no se encontró la supuesta pistola con la que hizo las amenazas”, deslizó Del Río.
Sobre el testigo que citó, sólo se pudo saber que se trata del ex novio de la actual pareja del denunciado. Este dijo: “yo creo que J. tiene una obsesión con su ex esposo”. Esta frase fue utilizada por la defensa en la solicitud de excarcelación, bajo el argumento de que las “denuncias de la presunta víctima serían por la frustración de su relación sentimental con el imputado”.
El fallo
La decisión de excarcelar al denunciado o darle la prisión preventiva recayó en el Juzgado de Instrucción de turno. Desde allí se consideró, luego de estudiar los argumentos de la Fiscalía, que “al enumerar las pruebas que se recolectaron en la instrucción de la presente causa, se llega a la conclusión de que estas incriminan al imputado”.
Además, en el fallo, se le respondió al pedido de excarcelación. “La defensa señala que los hechos por los que se acusa a su defendido, por la baja magnitud de la pena, ingresan provisoriamente en la calificación de delitos excarcelables, y que no existen elementos que permitan presumir la presencia de riesgo actual e inminente de eludir el accionar de la justicia”, se enumeró, antes de replicar: “corresponde el rechazo. La cautelar coercitiva en contra del imputado tiene la finalidad estrictamente procesal de evitar que este eluda a la justicia o entorpezca la investigación”. 
Fuente: Los Primeros

J., como se dio a conocer en los medios, tuvo que dormir en hospitales por miedo a que su ex marido la agreda. Debido a la relevancia que tomó el caso apresaron al hombre, pero saldrá en tres meses: es por esto que la mujer prevé irse de Tucumán.

Hace meses, reconoció que tuvo que pasar sus noches en las camas de diferentes hospitales junto a su hijo, porque no tenía dónde dormir resguardada de su agresor. A partir de la mediatización de la causa, la Justicia le dio tres meses de prisión preventiva al hombre. 

“Es una injusticia que le dieran tan poco tiempo de prisión después de todo lo que me hizo. ¿Y mi vida? ¿Yo qué hago ahora? Me voy a ir de la provincia. Así no se puede vivir”, expresó la joven, que aún cuenta con una consigna de protección policial, pero eso no le quita el miedo.

J. y su madre tienen previsto viajar durante la primera quincena de enero a otra provincia. Allí las esperarán algunos familiares. “Se enteraron de esto por las noticias y nos llamaron. Nos ofrecieron darnos un techo. Saben que algún día él va a quedar libre y que a esto hay que cortarlo de raíz, no nos queda otra opción”, explicó la madre.

La causa

El caso se conoció en noviembre y fue replicado por medios de todo el país. El acusado, que tenía pedido de detención de la fiscal Adriana Reinoso Cuello, fue atrapado cerca de su casa. Desde ese momento se encuentra tras las rejas.

Según había explicado J. en una entrevista, las agresiones comenzaron en mayo. “Yo había vuelto de vender cosas dulces, que es a lo que me dedicaba. Ahora no puedo salir porque él se esconde en la calle. Ese día sentí una patada en la puerta. Era él. Estaba drogado y borracho. Me insultó y me golpeó”, relató.

La defensa

José del Río, el abogado del acusado, está convencido de que la prisión preventiva fue otorgada por la fuerza que tomó la historia a través de los medios: “Eso generó una presión muy grande en la Justicia”, opinó.

La defensa pidió la excarcelación bajo varios argumentos. “De las 10 denuncias que se realizaron en su contra, casi todas están archivadas. Además, hay un testigo que estuvo el día de la supuesta agresión y dijo que mi cliente jamás apareció por la casa de J. Por último, se lo acusa de tres delitos: amenazas coactivas agravadas por el uso de armas, lesiones leves y desobediencia judicial. Sobre esto, es imposible que se lo acuse por desobediencia por que él no pudo ser notificado, ya que la denunciante dio mal la dirección del domicilio. Esto está probado. Por último, se realizó un allanamiento y no se encontró la supuesta pistola con la que hizo las amenazas”, expresó Del Río.

El fallo

La decisión de excarcelar al denunciado o darle la prisión preventiva recayó en el Juzgado de Instrucción de turno. Desde allí se consideró, luego de estudiar los argumentos de la Fiscalía, que “al enumerar las pruebas que se recolectaron en la instrucción de la presente causa, se llega a la conclusión de que estas incriminan al imputado”.

Además, en el fallo, se le respondió al pedido de excarcelación. “La defensa señala que los hechos por los que se acusa a su defendido, por la baja magnitud de la pena, ingresan provisoriamente en la calificación de delitos excarcelables, y que no existen elementos que permitan presumir la presencia de riesgo actual e inminente de eludir el accionar de la justicia”, se enumeró, antes de replicar: “corresponde el rechazo. La cautelar coercitiva en contra del imputado tiene la finalidad estrictamente procesal de evitar que este eluda a la justicia o entorpezca la investigación”. 

Fuente: Los Primeros